jueves, 24 de septiembre de 2009

ESPIRITUALIDAD Y CARISMA AGUSTINIANO

La Orden de San Agustín, confirmada por la Iglesia el 9 de abril de 1256, irradia su espiritualidad a la luz de la Regla de San Agustín y de sus escritos. Los puntos básicos de la espiritualidad agustiniana son:

La Caridad, Dios, el Sumo Bien

La vida en común, la comunidad, la unidad, la comunión de bienes

La fraternidad, el amor, la amistad

La búsqueda de Dios, la sabiduría, la verdad, el estudio.

La inquietud, la felicidad

La interioridad, la oración, la contemplación

El amor a la Iglesia, al hombre


Nuestro padre San Agustín

Obispo de Hipona y doctor de la iglesia (354-430)
Uno de los cuatro doctores mas reconocidos de la Iglesia Latina.
Llamado "Doctor de la Gracia".

Fiesta: 28 de agosto.
Patrono de los que buscan a Dios, teólogos, imprenta.
Aparece frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor por Dios.



Nació en Tagaste (África) el año 354, hijo de Santa Mónica; después de una juventud desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán y el año 387 fue bautizado por el obispo San Ambrosio. Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años, en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Está entre los Padres mas influyentes del Occidente y sus escritos son de gran actualidad. Murió el año 430. Sus restos mortales se veneran en la Basílica de San Pedro (Pavia, Italia)


Nuestro Carisma Agustiniano dado a la Iglesia por el Espíritu Santo por medio de San Agustín.

Se resume en al amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos y que se difunde hacia todos los hombres para ganarlos y unirlos en Cristo dentro de su Iglesia.

El carisma agustiniano tiene sus fundamentos en: El primado de Jesucristo,
la caridad como alma de nuestra espiritualidad, la Biblia donde se nutre la espiritualidad, La conversión como camino, La oración como un pilar, el servicio en la Evangelización como práctica de amor .
San Agustín practicó excelentemente la caridad fraterna de la que hablaba tan elocuentemente. No podía soportar que delante de él fuera mancillada la reputación del prójimo. En el refectorio de su comunidad de Hipona, en cuya mesa recibía a numerosos extraños, había hecho escribir con caracteres bien legibles esta advertencia: “El que se complazca en denigrar a los ausentes, sepa que no tiene lugar en esta mesa”.



San Agustín nos propone para realizarnos como personas dentro de una comunidad, el valor de la realidad solamente asumiendo una actitud de hijos libres podemos llegar a realizar nuestra esencia como hermanos “… no como siervos bajo la ley sino como personas libres bajo la gracia” (Reg. No. 48) Podríamos decir que no existe verdadera comunidad, si esta no tiene como sustento la interioridad y libertad.


Tener el mismo carisma es tener el mismo ideal de santidad revelado por el Espíritu de Dios a san Agustín, que llegó a nosotros por la fidelidad- santidad de nuestros antepasados al mismo carisma donde ellos se identificaron, permitiendo que nosotros también veamos nuestra identificación.

Compartir el mismo carisma es caminar por el mismo camino hacia una meta concreta, seguir el mismo método, ser llamados a vivir la misma experiencia espiritual. Es seguir a Jesús en La Iglesia nuestra Madre caminando juntos en fraternidad tras las huellas de Agustín.

Cuando se habla de interioridad, no se habla únicamente del interior, sino del dinamismo “exterioridad – interioridad” como de dos realidades estrechamente implicadas entre si. Se trata de vivir las realidades externas interiorizadamente, comprometerse con lo externo desde la propia interioridad.
Los agustinos afirmamos generalizadamente que nuestro carisma, y por lo tanto, nuestra espiritualidad, pone la máxima atención en la COMUNIDAD. Desde ahí nos planteamos la posibilidad de buscar al maestro interior que es Cristo y, dentro de ella, encarnar el espíritu que movió al mismo San Agustín “… vivid en la casa unánimes y tened una sola alma y un solo corazón orientado hacia Dios” (Reg. No. 3).

Orden de San Agustín

Sigla O.S.A.

(Ordo Sancti Augustini)
Gentilicio Agustinos.


Lema "Una sola alma y un sólo corazón hacia Dios"

Tipo Orden mendicante

Fundador San Agustín / Papa Inocencio IV

Fundación Siglo V

Aprobación 1244

Superior General Prior General
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M.R.P. Fr. Robert Prevost


Religiosos 2,824
Religiosos sacerdotes 2,092
Presencia 50 países
Curia Via Paolo VI 25
00193 Roma, Italia

Página Web http://www.osanet.org


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Se ha dicho de San Agustín:
Es un hecho notable que los grandes críticos, tanto protestantes como católicos, son casi unánimes en colocar a San Agustín en el rango más alto entre los Doctores y en proclamarlo como el más grande de los Padres

miércoles, 23 de septiembre de 2009

El Papa Benedicto XVI nos habla de San Agustín.

" En san Agustín que nos habla --me habla a mí en sus escritos--, vemos la actualidad permanente de su fe, de la fe que viene de Cristo, del Verbo Eterno Encarnado, Hijo de Dios e Hijo del hombre»
«Y podemos ver que esta fe no es de ayer, aunque haya sido predicada ayer; es siempre actual, porque realmente Cristo es ayer, hoy y para siempre. Él es el Camino, la Verdad y la Vida»
«De este modo, san Agustín nos anima a confiar en este Cristo siempre vivo y a encontrar así el camino de la vida»

Benedicto XVI

"Cuando leo los escritos de san Agustín no tengo la impresión de que sea un hombre muerto hace más o menos mil seiscientos años, sino que lo siento como un hombre de hoy: un amigo, un contemporáneo que me habla, que nos habla con su fe fresca y actual»

Benedicto XVI


El Papa citó su biógrafo, Posidio: «Dejó a la Iglesia un clero muy numeroso, así como monasterios de hombres y de mujeres llenos de personas dedicadas a la continencia y a la obediencia de sus superiores, junto con las bibliotecas que contenían los libros y discursos de él y de otros santos, por los que se conoce cuál ha sido por gracia de Dios su mérito y su grandeza en la Iglesia, y en los cuales los fieles siempre le encuentran vivo». San Posidio

Pensamientos de nuestro padre San Agustín

"¿Cómo nos haremos bellos? Amando al que es siempre hermoso. Según crece en ti el amor, aumenta la hermosura, porque la misma caridad es la hermosura del alma"

"Hizo ovejas de lobos; ésta es la obra de la gracia"

"Si no arde el ministro de la Palabra, no enciende al que le predica"

"Lo superfluo de los ricos es lo necesario de los pobres. Se posee cosas ajenas cuando se poseen cosas superfluas"

"Miel es la sabiduría cuyo sabor y dulzura superan la de todos los manjares del corazón"

"¿Comenzaste a amar a Dios? Ya comenzó Dios a habitar en ti."

"Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama".

"Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser cristiano de verdad".

"Las lágrimas son la sangre del alma".
"Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta"
"El que no tiene celos no está enamorado".
"Errar es humano, perseverar en el herror es diabólico"

"Dios, a quien nadie pierde, sino engañado; a quien nadie busca, si no es estimulado; a quien nadie encuentra, si no purificado... Dios, a quien abandonar es morir, a quien seguir es amar, a quien ver es poseer... A Ti suplico..."

"Si amáis a Dios Arrastrad a todos el amor de Dios... Arrastrad a cuantos podáis, exhortando, orando, dialogando, dando razones, con mansedumbre, con amabilidad: Arrastrándolos al amor”.

"Señor, actúa sobre nosotros. Despiértanos y vuelve a llamarnos. Enciéndenos y arrebátanos. Derrama tu fragancia y haznos sentir tu dulzura: así te amaremos y correremos hacia ti" (Conf VIII, 4).

"Hay mucha diferencia entre bajar y caer. Pues porque Adán cayó, descendió Cristo. Aquél cayó, éste bajó. Cayó aquél por soberbia, descendió éste por la misericordia".

"La oración que sale con toda pureza de lo intimo de la fe se eleva como el incienso desde el altar sagrado. Ningún otro aroma es más agradable a Dios que éste; este aroma debe ser ofrecido a él por los creyentes". (Coment. sobre el Salmo 140).

"Yo no creería en el Evangelio si a ello no me moviese la autoridad de la Iglesia Católica"

“Cualquier hombre que lleve un obrero a su viña podrá darle pan, pero no a sí mismo. Cristo se da a sí mismo a sus obreros; se da a sí mismo en el pan y se reserva a sí mismo como salario. No hay motivo para decir: ‘si le comemos ahora, ¿qué tendremos al final?’. Nosotros lo comemos, pero él no se acaba; alimenta a los hambrientos, pero él no disminuye. Alimenta ahora a quienes trabajan y les queda íntegro el salario. ¿Qué vamos a recibir mejor que él mismo? Si tuviese algo mejor que él mismo, lo daría, pero no hay nada mejor que Dios, y Cristo es Dios”.
"Vete al Señor mismo, al mismo con quien la familia descansa, y llama con tu oración a su puerta, y pide, y vuelve a pedir. No será El como el amigo de la parábola: se levantará y te socorrerá; no por aburrido de ti: está deseando dar; si ya llamaste a su puerta y no recibiste nada, sigue llamando que está deseando dar."


Si la fe falta, la oración es imposible. Luego, cuando oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la oración produce a su vez la firmeza de la fe".

“El deseado anhelo siempre ora, aunque la lengua esté silenciosa. Si estáis siempre anhelando, estáis siempre orando.”

"Desde que se me impuso sobre mis hombros esta carga, de tanta responsabilidad, me preocupa la cuestión del honor que ella implica. Lo más temible en este cargo es el peligro de complacernos más en su aspecto honorífico que en la utilidad que reporta a vuestra salvación. Mas, si por un lado me aterroriza lo que soy para vosotros, por otro me consuela lo que soy con vosotros. Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros. La condición de obispo connota una obligación, la de cristiano un don; la primera comporta un peligro, la segunda una salvación".

"¡Feliz el Aleluya que allí entonaremos! Será un Aleluya seguro y sin temor, porque allí no habrá ningún enemigo, no se perderá ningún amigo. Allí, como ahora aquí, resonarán las alabanzas divinas; pero las de aquí proceden de los que están aún en dificultades, las de allá de los que ya están en seguridad; aquí de los que han de morir, allá de los que han de vivir para siempre; aquí de los que esperan, allá de los que ya poseen; aquí de los que están todavía en camino, allá de los que ya han llegado a la patria".

"Por tanto, hermanos míos, cantemos ahora, no para deleite de nuestro reposo, sino para alivio de nuestro trabajo. Tal como suelen cantar los caminantes: canta, pero camina; consuélate en el trabajo cantando, pero no te entregues a la pereza; canta y camina a la vez. ¿Qué significa «camina»»? Adelanta, pero en el bien. Porque hay algunos, como dice el Apóstol, que adelantan de mal en peor. Tú, si adelantas, caminas; pero adelanta en el bien, en la fe verdadera, en las buenas costumbres; canta y camina".

"¡Oh, cómo nos amaste, Padre bueno, que no perdonaste a tu Hija único, sino que lo entregaste por nosotros, que éramos impíos! ¡Cómo nos amaste a nosotros, por quienes tu Hijo no hizo alarde de ser igual a ti, al contrario, se rebajó hasta someterse a una muerte de cruz! Siendo como era el único libre entre los muertos, tuvo poder para entregar su vida y tuvo poder para recuperarla. Por nosotros se hizo ante ti vencedor y víctima: vencedor, precisamente por ser víctima; por nosotros se hizo ante ti sacerdote y sacrificio: sacerdote, precisamente del sacrificio que fue él mismo. Siendo tu Hijo, se hizo nuestro servidor, y nos transformó, para ti, de esclavos en hijos".

"Juan era la voz, pero el Señor es la Palabra que en el principio ya existía. Juan era una voz provisional; Cristo, desde el principio, es la Palabra eterna.

Quita la palabra, ¿y qué es la voz? Si no hay concepto, no ha más que un ruido vacío. La voz sin la palabra llega al oído, pero no edifica el corazón."

" María fue santa, María fue dichosa, pero más importante es la Iglesia que la misma Virgen María. ¿En qué sentido? En cuanto que María es parte de la Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero un miembro de la totalidad del cuerpo. Ella es parte de la totalidad del cuerpo, y el cuerpo entero es más que uno de sus miembros. La cabeza de este cuerpo es el Señor, y el Cristo total lo constituyen la cabeza y el cuerpo. ¿Qué más diremos? Tenemos, en el cuerpo de la Iglesia, una cabeza divina, tenemos al mismo Dios por cabeza."


"¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y ves
que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y
deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú
creaste. Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo. reteníanme
lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y
resplandeciste, y fugaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré,
y suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed; me tocaste, y
abraséme en tu paz".

"Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas".

Oraciones agustinas del p Raúl Díaz Corbo.

Oración a la Virgen.


Madre de la Consolación,
ampáranos bella Señora
y danos la protección
que tu manto nos otorga.

Que tu diestra nos alcance
la correa en el peligro,
si caemos nos levante
y a tus brazos nos devuelva.

Consuélanos, Virgen santa
en las horas de aflicción
y alcánzanos el gozo
de contar con tu oración.
amén.
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Oración a Santa Rita de Casia, la Santa de todos nuestros días.



Acudo a ti Rita, con la certeza de encontrarte siempre a mi lado, mi Santa de todos los días.
Amiga fiel en las horas difíciles que me ayudas a cargar la cruz y te quedas conmigo, cual Cirenea que no fue obligada.Hermana mayor que me abrazas en las alegrías desbordantes y las acrecientas aún más con tu presencia siempre grata y cercana. Santa mía, y de tantos… que nunca deje de quererte ni invocarte. Que por tus ruegos, Dios me conceda como hasta ahora, la capacidad de reconocer siempre Su Providencia y tu intercesión.
Santa de todos mis días, le doy gracias a Señor y te doy gracias porque siempre puedo contar contigo en cada momento de mi vida.








Oración a San Nicolás

Glorioso San Nicolás de Tolentino
poderoso taumaturgo y gran protector.
En vida decías: "lo hago con gusto"
cuando te pedían algo por favor.

Ahora te pido mi santo querido
que ruegues conmigo a nuestro Señor.
Confiado en tu ayuda a ti hoy me acerco
pidiendo la gracia por tu intercesión.

(indíquese la gracia)

San Nicolás de Tolentino: ruega por nosotros
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Letanías para pedir la intercesión de Santa Clara.

Clara de la Cruz: ruega por nosotros.
Clara de Montefalco: ruega por nosotros.
Clara, monja agustina: ruega por nosotros.

Clara, mística de la pasión: ruega por nosotros.
Clara, teóloga del amor: ruega por nosotros.
Clara, poderosa en la oración: ruega por nosotros.

Clara, ferviente en el amor a la Eucaristía: ruega por nosotros.
Clara, hija fiel de la Iglesia Católica: ruega por nosotros.
Clara, digna hija de María Santísima: ruega por nosotros.

Clara, maestra de la vida interior: ruega por nosotros.
Clara, iluminada por el Espíritu Santo: ruega por nosotros.
Clara, sabia y valiente consejera: ruega por nosotros.

Clara, defensora de la verdad: ruega por nosotros.
Clara, promotora de la paz y de la justicia: ruega por nosotros.
Clara, generosa con los pobres y necesitados: ruega por nosotros.

Santa Clara, hermana nuestra: ruega por nosotros


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ORACIONES AGUSTINIANAS PARA CRECER EN SANTIDAD


Dame Señor la gracia de saber
socorrer, consolar y aconsejar como María.

Dame la disponibilidad y castidad de José
para entregarme enteramente a tu proyecto.

Dame la perseverancia de Mónica
para que en la oración te busque y te encuentre.

Dame el fuego del corazón de Agustín
para amarte apasionadamente.

Dame el espíritu fraterno y comunitario de Alipio y Posidio
para servirte en mis hermanos y con ellos.

Dame la hospitalidad de Nicolás de Tolentino
para que siendo tú mi Huésped, te sirva con gusto y con esmero.

Dame la humildad y la sabiduría de Clara de Montefalco
para conocer tu voluntad y saber aceptar la cruz de cada día.

Dame la fidelidad y obediencia de Rita de Casia
para cumplir lo que pidas, aunque parezca imposible.

Dame el valor y la generosidad de Tomás de Villanueva
para predicarte frente a reyes y mendigos.

Dame el espíritu contemplativo de Alonso de Orozco
para interiorizar, gustar y vivir tu Palabra.

Dame la pasión por la Eucaristía de Juan de Sahagún
para deleitarme internamente al celebrarla.

Dame el amor a la Iglesia de Juan Stone
para vivir siempre en comunión y en unidad con ella.

Dame el coraje de Magdalena de Nagasaki
para enfrentar las dificultades sin temores.

Dame el ardor misionero de Ezequiel Moreno
para anunciarte por doquier y en todo tiempo.

Dame el entusiasmo de todos los santos agustinos
para difundir nuestro carisma con inmensa alegría.

Dame la amistad feliz de los tuyos
que solamente en Ti es fiel y eterna.

Amén.

Poesías agustinianas del p Raúl Díaz Corbo



A Santa Mónica.

No lloreís más Santa Mónica
que Agustín se ha convertido.
Antes estaba perdido
pero ya Dios lo alcanzó.

Rogad por mí Santa madre
aunque ya estoy en camino
para que llegue a destino
a donde te he de encontrar
para con vos adorar
al buen Dios Único y Trino.


..........................

A Jesús Crucificado.

Cuando te miro en la Cruz,
siento que no puedo entender
por qué tanto amor;
dímelo mi Rey.

No acierta el corazón
y es que no hay razón,
no merecerte en nada
y tener tu perdón

Hoy quiero mi Señor
limpiar mi corazón,
tu sangre derramada
sana mi interior.

Es tanta la emoción
que grita el corazón,
sentir que tu Pasión
es mi pasión.

Y escucho al mirar
que no es cuestión de hallar
mejor respuesta
que dejarme amar.

Es un incendio de amor
que no se puede apagar,
es fuego que ilumina
y que sana al quemar.

Quiero abrazar tu cruz,
quiero arder en tanto amor,
sentir que tu Pasión
es mi pasión.

.......................

HABLANDO CON SANTA RITA

¿Qué ven tus ojos amiga?
¿por qué te ves extasiada?
¿por qué hay pasión en tus ojos?
¿por qué fuego en tu mirada?

El amor besó mi frente
y me dejó enamorada.
Mi Amado me dio una rosa
que brotó bajo la helada.

Mi corazón agustino
arde encendido de amor
mientras se nutre reposa
como la abeja en la flor.

Ya comprendo hermana Rita
porque te ves extasiada
y a todos hablas de Cristo
porque estas enamorada.
.........................

DAME UNA ESPINA

¿Qué gloria podré yo darte
si una espina no te pido?
¡Qué en este dolor pedido
no deje nunca de amarte!

Dame Señor, dame parte
en tu pasión Redentora
y cuando llegue mi hora
pido en tu cielo abrazarte.
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DAME JESÚS
Dame Jesús una espina
mi Señor Crucificado,
una de aquella corona
que te dejó ensangrentado.

Dame tan siquiera una,
mi pobre Rey coronado,
y en tu pasión dame parte
¡oh Jesús abandonado!

Dame el fuego de tu alma
y bésame la frente amado,
que yo por tu amor me muero
y por el vivo a tu lado.

Dame vida, vida mía,
que vivir en ti yo quiero
y ahora que tengo espina
dame la rosa que espero.
........................
El tránsito de Santa Rita

Lleguemos todos juntos
a Casia, mis hermanos,
que ya comienza el tránsito
tomémonos las manos.

Escuchen las campanas,
por Rita están sonando.
Dios mismo, con portentos,
es quien la está llamando.

¿No ven, hermanos míos,
que Rita se levanta?
Su alma entra en la gloria
con aureola de santa.

Perfumado de cielo
su cuerpo se ilumina,
su llaga es una rosa
que ya no tiene espina.
.....

TARDE TE AMÉ”

“Tarde te amé”, Señor mío
que me has amado primero
y es que al verte en el madero
siento haberte amado poco.

Tarde se encendió este fuego
en mi corazón tan loco
y al creer que aún te amo poco
mucho más amarte quiero.
.............................

LA PASIÓN DEL SEÑOR
es mi pasión


Tocado aquella noche
en que fui herido,
con un amor tan dulce
enamorado.

Pasión tan fuerte en mí
yo nunca he hallado,
que me dejase así
de seducido


(Experiencia de fe en Jesús
a los cinco años. Ante el
Crucificado).

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LLEGA MAYO

Llega mayo
y en el Pueblo Ituzaingó
late una esperanza;
un repique de tambores
acompaña el andar sereno
de la Santa.

Es Rita, la nuestra,
la de los peregrinos,
la de todos;
quien va junto a los suyos
por la plaza.

… y más tarde,
cuando el toque de campanas
nos reciba,
llegaremos al Santuario
que es su casa,
donde alegres y sonrientes
le diremos:
¡oh Rita,
Tú has hecho de este pueblo
tu otra Casia!
....................................

(Pueblo Ituzaingó , es el nombre
de mi barrio natal donde se encuentra
el Santuario de Santa Rita (Montevideo)
....................................
¡Oh Casia guardiana!
que tan fiel custodias
la santas reliquias
de mi gran hermana!
De ser hoy posible
llegaría a verte
y por un instante
solo agradecerte.
¡Oh Casia de Umbría
que te ves hermosa
si yo hoy pudiera
llevaría una rosa!.
Dejarla sería
mi satisfacción
junto a nuestra santa
con una oración.
27/9/09.

CULTURA AGUSTINIANA

A lo largo de la historia la Orden de san Agustín ha dado y sigue dando interesantes aportes a la ciencia, a las artes, etc.

Ambrosio Calepino

Los primeros diccionario se llamaban 'Calepinos' porque fue un agustino, Ambrosio Calepino, OSA, quien organizó el primer diccionario.
Ambrosio Calepino (Bérgamo, 1440, 1510) Lexicógrafo italiano. Fue monje agustino y autor de un Diccionario de la lengua latina (1502), primero sólo latino italiano y, con posterioridad, aumentado con traducciones al francés, alemán e inglés.

"A pocos jóvenes de hoy resultará familiar el término calepino. No obstante, todavía el diccionario de la Real Academia Española recoge esta voz, aun marcándola como muy poco usada, con el significado de 'diccionario latino' y el Diccionario enciclopédico ilustrado de Plaza & Janés (1967) nos informaba de que "se designan con el nombre de calepino los apuntes necesarios para realizar un trabajo literario-científico".
El origen de esta denominación está en el gentilicio por el que es conocido Fray Ambrosio Calepino, lexicógrafo italiano nacido en Calepio (Bérgamo) en 1438 y que murió -ciego, por cierto- en 1511. Sabemos de este gran erudito que ingresó en la orden de San Agustín en 1458 y que consagró su vida a la elaboración de su famoso diccionario, que, con el título inicial de Cornucopiae fue por primera vez publicado en Reggio en 1502. La obra se convirtió en la enciclopedia de las gentes cultas del Renacimiento y su éxito fue tal que solamente entre 1542 y 1592 surgieron dieciocho ediciones de la mano de unos mismos editores (la familia de los Aldos). La mucho más tardía edición de Facciolati (Pavía, 1718) alcanzó numerosas reimpresiones antes de que la obra cayese en desuso."

Alonso de la Veracruz, OSA

Nació en Caspueñas, en el Reino de Toledo (España), en el año 1509.
En junio de 1536 ingresa a el noviciado de la Orden de San Agustín en México. Después de un tiempo en España, en 1573 regresó a América cargado con más de sesenta cajones de libros, con los que fundó en Tiripetío la que es considerada la primera Biblioteca en América; y así, al iniciar también el primer Centro de estudios superiores entre las Órdenes Religiosas, hizo de Tiripetío la “Atenas de la Nueva España”. Escribió varios libros: Recognitio Summularum, Speculum Conjugorium, Dialectica resolutio cum Textu Aristotelis, Summa Privilegiorum y un Curso de Artes, que fue el primer libro de texto publicado por la Universidad Real y Pontificia de México
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Gregorio Mendel, OSA

Gregorio Mendel nació el 22 de julio de 1822 en Heizendorf (hoy Hyncice, República Checa), en una familia campesina. El 9 de octubre de 1843 ingresó como novicio en el convento agustiniano de Brünn, conocido en la época por su gran reputación como centro de estudios y de trabajos científicos. Después de tres años, al finalizar su formación en teología, fue ordenado sacerdote, el 6 de agosto de 1847. En 1851 ingresó en la Universidad de Viena, donde estudió historia, botánica, física, química y matemáticas, para graduarse y ejercer como profesor de biología y matemáticas con excelente aprobación entre los estudiantes. Una vez finalizados sus estudios regresó al monasterio en 1854. Fue nombrado profesor de la Escuela Técnica de Brünn, donde dedicó la mayor parte de su tiempo a investigar la variedad, herencia y evolución de las plantas, especialmente de los guisantes, en un jardín del monasterio destinado a los experimentos. Sus aportaciones al mundo de la ciencia son consideradas hoy como fundamentales para el desarrollo de la genética.
En 1868, Mendel fue nombrado abad de su monasterio, donde murió el 6 de enero de 1884 a causa de una afección renal y cardiaca. En el monasterio, Mendel, comenzó estudiando las abejas. Entre 1856 y 1863 realizó experimentos sobre la hibridación de plantas. Trabajó con más de 28.000 plantas de distintas variantes del guisante oloroso, analizando con detalle siete pares de características de la semilla y la planta: la forma de la semilla, el color de los cotiledones, la forma de la vaina, el color de la vaina inmadura, la posición de las flores, el color de las flores y la longitud del tallo. Sus exhaustivos experimentos tuvieron como resultado el enunciado de tres principios que más tarde serían conocidos como «leyes de la herencia». Sus observaciones le permitieron acuñar varios términos que siguen empleándose en la genética de nuestros días: dominante, recesivo, factor e hibrido.
En 1865 Mendel expuso ante la Sociedad de Historia Natural de Brünn una extensa y detallada descripción de los experimentos que había llevado a cabo y de los resultados obtenidos. A pesar de su importancia, y de que su trabajo fue distribuido entre las principales sociedades científicas de su tiempo, pasó totalmente inadvertido. Al año siguiente, en 1866, publicó su obra fundamental en un pequeño boletín divulgativo de su ciudad, bajo el título “Ensayo sobre los híbridos vegetales”. En ella expuso la formulación de las leyes que llevan su nombre. Este ensayo contenía una descripción detallada de sus experimentos, pero su obra no tuvo respuesta alguna entre la comunidad científica de la época. De hecho, Mendel íntercambió correspondencia con uno de los más eminentes botánicos del momento, Carl Nágeli, aunque éste no pareció muy impresionado por su trabajo.
Tuvieron que pasar treinta y cinco años para que la olvidada monografía de Mendel saliera a la luz. En 1900 se produjo el redescubrimiento, de forma prácticamente simultánea, de las leyes de Mendel por parte de tres botánicos: el holandés Hugo de Vries en Alemania, Eric Von Tschermak en Austria y Karl Erich Correns en Inglaterra. Asombrados por el sencillo planteamiento experimental y el análisis cuantitativo de sus datos, repitieron sus experimentos y comprobaron la regularidad matemática de los fenómenos de la herencia, al obtener resultados similares. Al conocer de forma fortuita que Mendel les había precedido en sus estudios, estuvieron de acuerdo en reconocerle como el descubridor de las leyes que llevan su nombre. El británico William Bateson otorgó un gran impulso a dichas leyes, considerándolas como base de la genética (hoy llamada genética clásica o mendeliana), término que acuñó en 1905 para designar la «ciencia dedicada al estudio de los fenómenos de la herencia y de la variación de los seres». En 1902, Boyen y Sutton descubrieron, de forma independiente, la existencia de un comportamiento similar entre los principios mendelianos y los cromosomas en la meiosis. En 1909 el danés Wilhelm Johannsen introdujo el término «gen» definiéndolo como «una palabrita.., útil como expresión para los factores únitarios... que se ha demostrado que está en los gametos por los investigadores modernos del mendelismo». Sin embargo, no fue hasta finales de la década de 1920 y comienzos de 1930 cuando se comprendió el verdadero alcance del trabajo de Mendel, en especial en lo que se refiere a la teoría evolutiva.

Grupo de oración San Nicolás de Tolentino

Oración por los difuntos
Pidiendo la intercesión de San Nicolás de Tolentino
patrono de las almas del purgatorio


Glorioso San Nicolás de Tolentino, que con tanta fe y ternura ofrecías al Señor tus lágrimas y oraciones a favor de los difuntos, te pedimos que intercedas por nuestros hermanos que han partido, para que el Señor les conceda la felicidad eterna y la paz que tú ya gozas en el cielo.

Bendito San Nicolás, especial protector de las almas del purgatorio te encomiendo a todos mis seres queridos difuntos y a todas las almas necesitadas de la misericordia de Dios. Ayúdales con tu poderosa oración tan grata al Señor.
Querido santo que durante tu vida mortal unías tus plegarias a la Misa celebrada por los difuntos, ayuda con tu intercesión a los difuntos que aún no han alcanzado el gozo pleno de la vida eterna.



Ayuda a mis familiares difuntos
Ayuda a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayuda a los que han sido mis amigos.
Ayuda a cuantos debo amor y oración.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos

Ayuda a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayuda a los que han faltado contra mí.
Ayuda a los que están más próximos a la unión con Vos.
Ayuda a los que desean más ardientemente ir al Cielo.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos

Ayuda a los que sufren más.
Ayuda a los que están más lejos de su liberación.
Ayuda a los que menos auxilio reciben.
Ayuda a los que más méritos tienen por la Iglesia.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos

Ayuda a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayuda a los que no buscaron las riquezas divinas.
Ayuda a los tibios que muy poca oración han hecho.
Ayuda a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos


Ayuda a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Ayuda a los padres que no cuidaron bien a sus hijos.
Ayuda a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Ayuda a los que sólo se preocuparon del dinero y del placer.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos

Ayuda a los pontífices y a los obispos.
Ayuda a mis maestros y pastores de almas.
Ayuda a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayuda a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.

San Nicolás de Tolentino ruega por ellos

Ayuda a los caídos en los campos de batalla.
Ayuda a los sepultados en los mares.
Ayuda a los muertos repentinamente.
Ayuda a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
V. Dales, Señor el descanso eterno.
R. Y brille para ellos la eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amén.
...........................

Grupo de oración Santa Mónica.

Los grupos de oración “Santa Mónica” son propicios para fortificar la vida de oración en las parroquias y en las familias. Se trata de grupos pequeños de siete personas donde todos diariamente rezan las oraciones ya señaladas. Cada persona del grupo se compromete un día en particular a rezar delante del Santísimo Sacramento.

Se reza muy especialmente: Por el Papa, el Obispo del lugar, por el Párroco de la Parroquia donde se encuentra el grupo, por la comunidad parroquial y por toda la Iglesia.
Se ruega por el aumento de la vocaciones sacerdotales y religiosas y por los laicos comprometidos. En ciertas oportunidades la gente les acerca algún pedido especial por ejemplo rezar por la conversión de alguien en particular, la unión de las familias, los enfermos, los difuntos, etc.

En diversas partes del mundo muchas parroquias y familias enteras se han visto bendecidas por las numerosas gracias recibidas que trajo la aceptación de los grupos de oración “Santa Mónica” en la comunidad parroquial.


Oraciones del Grupo: Santa Mónica.


Comienzo de la oración en donde está reservado el Santísimo Sacramento.

¡Oh sacramento de piedad, oh signo de unidad y vínculo de caridad! Quien quiere vivir sabe dónde encontrar la fuente de la vida. Aproxímese, crea, entre a formar parte del cuerpo, y será vivificado.

Oh Dios, que por medio del misterio pascual de tu Hijo unigénito has realizado la obra de la redención del hombre, concédenos que este sacramento de piedad sea para nosotros signos de unidad y vínculo de caridad. Por Cristo nuestro Señor.


Comienzo de la oración en donde NO está reservado el Santísimo Sacramento.

Oh Señor, tú eres grande y digno de alabanza; grande es tu poder y tu sabiduría incalculable. Tú quieres que en alabarte encontremos nuestro gozo, porque nos has hecho para ti.

Señor Dios, tú eres nuestra esperanza,
danos la fuerza de buscarte, tú que te has dejado conocer.


Después de la oración de inicio se reza las siguientes oraciones:

- Que al celebrar la eucaristía tu palabra nos llene de gozo, y que la participación en el banquete de tu amor haga crecer nuestra esperanza.

- Acuérdate de nuestra comunidad parroquial y de todos los hermanos que se encomiendan a nuestras oraciones.

- Da, Señor, a tus fieles el espíritu de oración y de alabanza, para que en toda ocasión te demos gracias.

- Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa N. y a nuestro obispo N, que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.

- Multiplica como renuevo de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagran a tu reino, siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.

- Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo, levanta y renueva la esperanza de los decaídos.

- Señor, honramos en María, tu Madre, a la Madre de nuestra Consolación: por su intercesión concede serenidad, paz y gozo a todos nuestros hermanos especialmente a los que más lo necesiten.

- Da paz a los difuntos y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.


Oración de conclusión.

- Tú, Señor, conoces nuestros deseos y nuestras necesidades. Te rogamos por todos los que en la Santa Iglesia Católica formamos parte de los grupos de Oración “Santa Mónica”. Bendice a nuestras familias, a comunidades parroquiales y a nuestros pastores. Escucha las plegarias de aquellos que se encomiendan a nuestras oraciones. Derrama tu Espíritu Santo en cada uno de nosotros y en todas aquellas personas por las que oramos diariamente.

Padre Bueno por intercesión de Santa Mónica recibe la ofrenda diaria de nuestras plegarias. Te lo pedimos en el nombre de Jesús nuestro Señor.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Letanías

Santa María, Madre de la Consolación: ruega por nosotros.
San José: ruega por nosotros.
Santa Mónica: ruega por nosotros.
San Agustín: ruega por nosotros.
San Nicolás de Tolentino: ruega por nosotros.
Santa Rita de Casia: ruega por nosotros.
Santa Clara de Montefalco: ruega por nosotros.
Todos los Santos: rueguen por nosotros

Oración a Santa Mónica.

Oh esposa y madre ejemplar, Santa Mónica, tu que has probado las alegrías y las dificultades de la vida conyugal. Tu que condujiste a la fe cristiana a tu esposo Patricio y que tantas lágrimas derramaste pidiendo por la conversión de tu hijo Agustín. Intercede querida santa para que nuestras familias y toda nuestra comunidad parroquial se transformen por la fe, la esperanza y la caridad.

San Nicolás de Tolentino


Vida de San Nicolás de Tolentino


Sant’ Angelo in Pontano


En un pueblito ubicado en el centro de Italia llamado Sant’Angelo in Pontano vivían con cierto decoro y tranquilidad económica dos buenos esposos, Compañero y Amada. Ambos dedicaban gran parte de su tiempo a la oración y a practicar la solidaridad con los más necesitados.

Compañero y Amada anhelaban que su matrimonio se viera bendecido con la llegada de un hijo, pero esto no ocurría hasta que se decidieron pedirle a Dios esta gracia invocando la intercesión del Obispo San Nicolás de Bari.

Obtenida la gracia divina y agradecidos por la intercesión de San Nicolás, Campagnone y Amada decidieron que su hijo llevase el nombre del santo de Bari.


Nacimiento y vocación


En el año 1245 en el castillo San Ángel, nació Nicolás.

Muy tempranamente, siendo aún niño, Nicolás manifestó su deseo de consagrarse al Señor. Animado por la predicación de un fraile, el P. Reginaldo, Prior de un Convento agustiniano, pidió ser admitido en la Orden de San Agustín.

Cuando cumplió quince años, Nicolás fue enviado al Noviciado que en ese entonces se llevaba a cabo en el Convento de San Ginesio.

Nicolás de Tolentino llamado por Dios a formar parte de la familia agustiniana, se sintió interiormente seducido por dicha espiritualidad y desde entonces decidió recorrer el camino del seguimiento de Jesús teniendo a San Agustín como padre y maestro espiritual.

Vivió Nicolás de tal manera su vocación agustiniana, que los agustinos no se tardaron en ver en él un ejemplo concreto de la vivencia del carisma.

Al terminar el noviciado, emitió sus votos de obediencia, pobreza y castidad y posteriormente fue enviado a Tolentino y más tarde a Cíngoli, donde fue ordenado sacerdote.





Gran intercesor a favor de los difuntos

No es extraño que, de manera especial, se invoque a San Nicolás para pedir su intercesión de los difuntos. Esto tiene su sentido no solo porque ya en vida rezaba mucho por ellos, sino porque también tuvo una experiencia mística del purgatorio donde en una visión el alma de Fray Peregrino le pide al santo que celebre la misa por los difuntos.

Cuando San Nicolás recibe la petición de Fray Peregrino ya tenía el encargo de celebrar la misa por la comunidad del convento, pero, una vez obtenido el permiso del padre Prior celebró la misa por los difuntos y al sacrificio eucarístico añadió horas de intensa oración y de penitencia. El alma de Peregrino se le apareció nuevamente en visión para agradecerle y asegurarle que él mismo y muchos otros dejaron el purgatorio y entraron en el cielo.


Buen predicador y confesor



El celo por la palabra de Dios lo hacía fervoroso en la predicación. Su palabra era penetrante, su mensaje sencillo y a la vez profundo. Quien le escuchaba regresaba a su casa confortado y enriquecido interiormente.

Según numerosos testimonios recogidos durante su proceso de canonización podemos afirmar que San Nicolás fue un gran confesor. Dedicaba gran parte de su jornada para escuchar en confesión a numerosas personas que acudían a él.

En el confesionario Nicolás recogía los frutos de su predicación y de su testimonio. Al dar la penitencia sacramental era muy benévolo porque imponía penitencias leves, incluso a aquellos que se acusaban de pecados graves, y él después, por su parte, se encargaba de hacer grandes penitencias a favor de los penitentes.


Solidario con los necesitados


Se preocupaba mucho por la gente, hacía suyas las alegrías y tristezas de las personas que gustosamente visitaba. Cuando ya se encontraba enfermo, en los últimos años de su vida, se dejaba ayudar por un bastón para poder continuar con las visitas. Todos le pedían la bendición y fueron muchos los que, después de su muerte, le recordaban bendiciendo.

Narra Ranalduzzo di Andrea da Tolentino: “Hablaba con mucha afabilidad cuando trataba con las personas y siempre exhortaba a tener confianza en Dios”.



Hospitalario y amable como San Agustín

Cuando al convento llegaba algún huésped, Nicolás se acercaba al padre Prior para recordale la hospitalidad agustiniana sugiriéndole para el recién llegado, algún plato extra o más esmerado.

San Nicolás es visto entre los hijos espirituales de San Agustín, como el más grande, y el más parecido a él. Esto es justamente por su carácter afable y cortés.

El P. Ángel de Santa Victoria, que fue superior de San Nicolás, declaró que el santo obedecía a cada orden suya con prontitud y diciendo: “lo hago con gusto”.


“En Tolentino, en Tolentino”

En cierta ocasión estando Nicolás en el convento de Fermo, realizó una visita de cortesía a su primo que era abad del Monasterio de Monturano.

Cuando el Abad lo vio le dijo:

“Querido primo, ¿por qué te veo así tan delgado? Me doy cuenta de la pobreza de tu Orden y extenuado como estás, veo que no podrías soportar los rigores, te aconsejo de poner remedio a tiempo… la Providencia divina te a traído hasta aquí aprovecha la ocasión”.

Nicolás se despidió de su primo y luego para retomar la serenidad estuvo orando en la Iglesia contigua al monasterio: “Guía Señor mis pasos a tu presencia”.

Al momento cayó en éxtasis y se vió rodeado de ángeles que le cantaban: “en Tolentino en Tolentino acabarás tu existencia; persevera en tu vocación a la cual has sido llamado…”

En el convento de Tolentino, localidad de Italia central, vivió Nicolás sus últimos 30 años, fiel y feliz como fraile agustiniano.





Confianza en la intercesión de la Virgen


Tenía Nicolás tanta devoción a María que acostumbraba invocarla con frecuencia durante la jornada. Casi al final de su vida, Nicolás se sintió sin fuerzas y enfermó gravemente.

En una aparición la Virgen le dijo: “Yo soy la Madre de tu Salvador, la Virgen María, que tanto has invocado. Yo misma te doy esta saludable receta” – estirando su mano derecha hacia la plaza continuó: “manda a tu enfermero donde aquella mujer para que pida en nombre de mi hijo Jesús un pan fresco: cuando te lo traiga mójalo en agua, cómelo y sanarás”. Este es el origen de los panes benditos de San Nicolás.

Una estrella misteriosa

Ya en el último periodo de su vida, cuando en la noche se levantaba a orar, el P. Nicolás observaba una estrella misteriosa que, saliendo de San Ángel, lugar de su nacimiento, llegaba hasta el lugar de su oración.
Cuando un hermano de comunidad le explicó que esa estrella significaba su virtud e indicaba el lugar de su sepulcro, respondió: “por caridad! Aleja de la mente esos pensamientos, yo he sido siempre un siervo inútil de mi Señor”.



El tránsito feliz de Nicolás

Nicolás tenía sesenta años cuando sintió cercana su muerte. Con grandísimo fervor y serenidad se preparó espiritualmente para vivir su tránsito rumbo a la Ciudad de Dios. El Prior de la comunidad le administró los sacramentos y Nicolás pidió sostener una cruz en sus manos. De inmediato su rostro quedó iluminado y los frailes le preguntaron:

- ¿Qué ves, Nicolás?
Con un hilo de voz les respondió sonriente:
- Jesús, su Madre y nuestro padre Agustín me invitan a partir.

Era el 10 de setiembre de 1305 cuando una estrella misteriosa brilló sobre Tolentino.
San Nicolás es abogado de las almas del purgatorio y protector de la Iglesia. Por los muchos milagros que Dios obra por su intercesión se le ha considerado taumaturgo.

Santo Tomás de Villanueva

Este inmenso predicador nació en España en 1488.

Sus padres no le dejaron riquezas materiales en herencia, pero sí una herencia mucho más importante: un profundo amor hacia Dios y una gran caridad hacia los demás.

Hizo sus estudios con gran éxito en la universidad de Alcalá y en 1516 pidió y obtuvo ser admitido en la comunidad de los padres agustinos, en Salamanca. En 1518 fue ordenado sacerdote y luego fue profesor de la universidad. Poseía una inteligencia excepcionalmente lúcida y un criterio muy práctico para dar opiniones sobre temas difíciles. Pero tuvo que ejercitarse continuamente para adquirir una buena memoria y luchar mucho para que las distracciones no le alejaran de los temas que quería tratar.

Sentía una predilección especial por atender a los enfermos y repetía que cada cama de enfermo es como la zarza ardiente de Moisés, en la cual se logra encontrar uno con Dios y hablar con Él, pero entre las espinas de incomodidad que lo rodean.

Fue nombrado Provincial de su comunidad y en 1533 envió a América los primeros Padres Agustinos que llegaron a México.

Frecuentemente mientras celebraba la Santa Misa o rezaba los Salmos, le sobrevenían los éxtasis y se olvidaba de todo lo que lo rodeaba y sólo pensaba en Dios.

En esos momentos el rostro le brillaba intensamente.

Cierto día mientras predicaba fuertemente en Burgos contra el pecado, tomó en sus manos un crucifijo y levantándolo gritó "¡Pecadores, mírenlo!", y no pudo decir más, porque se quedó en éxtasis, y así estuvo un cuarto de hora, mirando hacia el cielo, contemplando lo sobrenatural. Al volver en sí, dijo a la multitud que estaba maravillada: "Perdonen hermanos por esta distracción. Trataré de enmendarme".

El emperador Carlos V le había ofrecido el cargo de arzobispo de Granada pero él nunca lo había aceptado. Entonces un día el emperador le dijo a su secretario: Escriba: "Arzobispo de Valencia, será el Padre...", y le dictó el nombre de otro sacerdote de otra comunidad. Cuando fue a firmar el decreto leyó que el secretario había escrito: "Arzobispo de Valencia, el Padre Tomás de Villanueva". "¡Pero este no fue el que yo le dicté!", dijo el emperador. "Perdone, señor" – le respondió el secretario. "Me pareció haberle oído ese nombre. Pero enseguida lo borraré". "No, no lo borre, dijo Carlos V, el otro era el que yo pensaba elegir. En cambio este es el que Dios quiere que sea elegido". Y mandó que lo llamaran para dar el nombramiento.

Tomás se negó totalmente a obedecer al emperador en esto. El hijo del gobernante (el futuro Felipe II) le rogó que aceptara, pero tampoco quiso aceptar. Solamente cuando su superior de comunidad le mandó bajo voto de obediencia, entonces sí aceptó tan alto cargo.

Llegó a Valencia de noche, en medio de terrible aguacero, acompañado solamente por un religioso de su comunidad. Pidió hospedaje de caridad en el convento de los Padres Agustinos, diciendo que le bastaba una estera en el suelo para dormir (Cuando los frailes descubrieron quién era él se arrodillaron a pedirle su bendición). Antes de posesionarse del arzobispado hizo seis días de retiro de oración y penitencia en el convento. Quería empezar bien preparado para su difícil oficio.

Al posesionarse de su cargo de Arzobispo, los sacerdotes de la ciudad le obsequiaron 4,000 monedas de plata para hospital diciendo: "los pobres necesitan esto más que yo. ¿Qué lujos y comodidades puede necesitar un sencillo fraile y religioso como soy yo?".

Algunos lo criticaban porque usaba una sotana muy vieja y desteñida, y él respondía: "Lo importante o es una sepultura. Lo importante es embellecer el alma que nunca se va a morir".

El emperador Carlos V al oírle predicar exclamaba: "Este Monseñor conmueve hasta las piedras". Y cuando estaba en la ciudad, el emperador nunca faltaba a los sermones de Monseñor Tomás. Sus sermones producían cambios impresionantes en los oyentes, y aun hoy día conmueven profundamente a quienes los leen. La gente decía que Tomás de Villanueva era como un nuevo apóstol San Pablo, enviado por Dios para transformar a los pecadores.

Lo que más le interesaba era transformar a sus sacerdotes. A los menos cumplidores se los ganaba de amigos y poco a poco a base de consejos y peticiones amables los hacía volverse mejores. A uno que no quería cambiar, lo llamó a su palacio y le dijo: "Yo soy el que tengo la culpa de que usted o quiera enmendarse. Porque no he hecho penitencias por su conversión, por eso no ha cambiado". Y quitándose la camisa empezó a darse fuetazos a sí mismo hasta derramar sangre. El otro se arrodilló llorando y le pidió perdón y desde ese día mejoró totalmente su conducta.

Dedicaba muchas horas a rezar y a meditar, pero su secretario tenía la orden de llamarlo tan pronto como alguna persona necesitara consultarle o pedirle algo. A su palacio arzobispal acudían cada día centenares de pobres a pedir ayuda, y nadie se iba sin recibir algún mercado o algún dinero. Especial cuidado tenía el prelado para ayudar a los niños huérfanos. Y en los once años de su arzobispado no quedó ninguna muchacha pobre de la ciudad que en el día de su matrimonio no recibiera un buen regalo del arzobispo. A quienes lo criticaban por dar demasiadas ayudas aun a vagos, les decía: "mi primer deber es no negar un favor a quien lo necesita, si en mi poder está el hacerlo. Si abusan de lo que reciben, ellos responderán ante Dios".

A los ricos les insistía continua y fuertemente acerca del deber tan grave que cada uno tiene de gastar en dar limosnas todo lo que le sobre, es vez de gastarlo en lujos y cosas inútiles. Decía a la gente: "¿En qué otra cosa puedes gastar mejor tu dinero que en pagar tus culpas a Dios, haciendo limosna? Si quieres que Dios oiga tus oraciones, tienes que escuchar la petición de ayuda que te hacen los pobres. Debes anticiparte a repartir ayudas a los que no se atreven a pedir".

Algunos le decían que debía ser más fuerte y lanzar maldiciones contra los que vivían en unión libre. Él respondía: "Hago todo lo que me es posible por animarlos a que se pongan en paz con Dios y que no vivan más en pecado. Pero nunca quiero emplear métodos agresivos contra nadie". Si oía hablar de otro respondía: "Quizás lo que hizo fue malo, pero probablemente sus intenciones eran buenas".

En septiembre de 1555 sufrió una angina de pecho e inflamación de la garganta. Mandó repartir entre los pobres todo el dinero que había en su casa. Hizo que le celebraran la S. Misa en su habitación, y exclamó: "Que bueno es Nuestro Señor: a cambio de que lo amemos en la tierra, nos regala su cielo para siempre". Y murió. Tenía 66 años.

San Juan de Sahagún.

San Juan de Sahagún predicaba muy fuerte contra los ricos que explotan a los pobres. Y una vez un rico, amargado por estas predicaciones, pagó a dos delincuentes para que atalayaran al santo y le dieran una paliza. Pero cuando llegaron junto a él sintieron tan grande terror que no fueron capaces de mover las manos. Luego confesaron muy arrepentidos que los había invadido un temor reverencial y que no habían sido capaces de golpearlo.

En un pueblo habló muy fuerte contra los terratenientes que no pagaban lo debido a los campesinos y desde entonces aquellos ricachones no le permitieron volver a predicar en ese pueblo.

Sus preferidos eran los huérfanos, los enfermos, los más pobres y los ancianos. Para ellos recogía limosnas y buscaba albergues o asilos. A las muchachas en peligro les conseguía familias dignas que les dieran sanas ocupaciones y las protegieran.

Hizo frecuentes milagros, y obtuvo con sus oraciones que a Salamanca la librara Dios, durante la vida del santo, de la peste del tifo negro, que azotaba a otras regiones cercanas. Un joven se cayó a un hondo pozo. Fray Juan le alargó su correa y, sin saber cómo, salió el joven desde el abismo, prendido de la tal correa. La gente se puso a gritar "¡Milagro! ¡Milagro!", pero él se escondió para no recibir felicitaciones.

Salamanca sufría un terrible verano. El les anunció que con su muerte llegarían lluvias abundantes. Y así sucedió: apenas murió, enseguida llegaron muy copiosas y provechosas lluvias.

San Alonso de Orozco.


San Alonso de Orozco (Oropesa, 17 de octubre de 1500 – Madrid, 19 de septiembre de 1591), religioso y escritor místico español del Siglo de Oro.

De origen noble, estudió en Talavera de la Reina y en la Universidad de Salamanca. En 1520 Santo Tomás de Villanueva le incitó a ingresar en la Orden de San Agustín, y allí profesó en 1523. Se ordenó sacerdote en 1527.

De niño, sirvió como seise en la Catedral de Toledo. Allí estudió el arte de la música, que después amó con pasión.

Entre 1530 y 1537 fue conventual en Medina del Campo. En 1538, prior de Soria y en 1540 de Medina. Al año siguiente, 1541, le nombraron definidor de la provincia de España. Entre 1542 y 1544 fue prior de Sevilla y entre 1544 y 1548, de Granada, y desde 1545, visitador de Andalucía. En 1542 contó que tuvo un sueño en Sevilla en el cual la Virgen le ordenó que escribiera; ese fue el origen de su obra literaria.

En 1549 se embarcó como misionero hacia México, pero enfermó y tuvo que volver. En 1554, siendo prior del convento de Valladolid, Carlos V le nombró predicador real y pasó a Madrid cuando se trasladó allí la Corte en 1561, al convento de San Felipe el Real. Fundó numerosos conventos. Al morir en 1591 gozaba de fama de gran santidad, y testificaron en su proceso de beatificación Lope de Vega y Francisco de Quevedo, así como importantes nobles. Fue nombrado beato por el papa León XIII el 15 de enero de 1882 y canonizado por Juan Pablo II el 19 de mayo de 2002.


Obras [editar]Alonso de Orozco escibió obra latina y castellana. Ya en su época se editó una Recopilación de todas las obras (1554); en el siglo XIX, Obras (1895-1896) y en el XXI la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) ha emprendido la edición de sus Obras completas (2001-).

Su tratado en latín Consideraciones acerca de los nombre de Cristo influyó en los diálogos de fray Luis de León sobre la misma materia, De los nombres de Cristo.

Las siete palabras que la Virgen Sacratísima Nuestra Señora habló, 1556;
Epistolario cristiano para todos los estados, 1567
Regla de vida cristiana (1542),
Vergel de oración y Monte de contemplación (1544)
Consideraciones acerca de los nombres de Cristo, 1544;
Memorial de amor santo (1545)
Desposorio espiritual (1551)
Bonum certamen (1562)
Victoria del mundo, 1566;
Arte de amar a Dios y al prójimo (1567, 1585)
Libro de la suavidad de Dios (1576)
Victoria de la muerte, 1583;
Tratado de la corona de Nuestra Señora (1588)
Guarda de la lengua (1590).
Historia de la reina de Saba (1565)
Catecismo provechoso
Examen de conciencia, 1551.
Tratado de la Pasión de Jesucristo en siete soliloquios
Las confesiones del pecador fray Alonso de Orozco, 1601.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Alonso_de_Orozco"

Beata Ana Catalina Emmerick


Escribió: La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo


Bautizada el día de su nacimiento, el 8 de septiembre de 1774, en una granja del pueblo de Flamske, en Coesfeld, cerca de Dülmen, diócesis de Münster, Westfalia, noroeste de Alemania.

Desde los cuatro años de edad tuvo frecuentes visiones de la historia de la Salvación. Tras muchas dificultades causadas por la pobreza y oposición de su familia, ingresó a los 28 años de edad en el monasterio de Agnetenberg, en Dülmen.

Suprimido el monasterio por las autoridades civiles, se trasladó a una casa particular. Desde 1813 en adelante, la enfermedad la obligó a la inmovilidad.

«Llevó consigo los estigmas de la Pasión del Señor y recibió carismas extraordinarios que empleó para consuelo de numerosos visitantes. Desde el lecho desarrolló un gran y fructífero apostolado», constató el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, al leer el decreto de reconocimiento del milagro ante Juan Pablo II.

Desde ese mismo año no tuvo más alimento que la Comunión, y pasó por tres exhaustivas investigaciones de la diócesis, la policía bonapartista y las autoridades.

Los últimos años de su vida experimentó místicamente la pasión de Jesucristo y trataba de describir en su dialecto bajo alemán las visiones cotidianas de lo sobrenatural que ella misma encontraba indecibles.

Un notable escritor alemán, Clemens Brentano, al tener noticia de ello, se convirtió y permaneció al pié de la cama de la enferma copiando los relatos de la vidente desde 1818 a 1824. Dos veces al día el escritor acudía a visitar a Ana Catalina para copiar en sus diarios los apuntes, y regresaba otra más para leérselos a la monja inválida y comprobar así la fidelidad de lo trascrito.

El lunes 9 de febrero de 1824 murió consumada por las enfermedades y las penitencias.

Al fallecer la religiosa, el escritor ordenó el material depositado en sus diarios. Preparó un índice de las visiones y la edición de «La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo». El libro fue un acontecimiento mundial.

El escritor alemán comenzó entonces a ordenar las visiones de la «Vida de María». Brentano murió dejando la tarea inacabada. En lo sucesivo, distintos especialistas editaron los «Diarios» y compilaron, cada uno a su modo, las visiones sobre la Iglesia, el Antiguo Testamento, la Vida pública de Jesús y la Iglesia naciente.

«No hallé en su fisonomía ni en su persona el menor rastro de tensión ni exaltación», afirmó Brentano tras conocer a la religiosa. «Todo lo que dice es breve, simple, coherente, y a la vez lleno de profundidad, amor y vida».

El famoso director y actor de cine, Mel Gibson, queriendo hacer una película sobre la pasión del Señor, rezaba en su despacho cuando el libro de la Pasión de Catalina Emmerick se desprendió del librero y cayó sobre sus piernas. Esta experiencia asombrosa llevó al Sr. Gibson a inspirarse en este libro para hacer la película «The Passion» («La Pasión»).

Mientras se comenzaba a escuchar sobre esta extraordinaria película, el Vaticano anunció que Ana Catalina será pronto beatificada. ALABADO SEA JESUCRISTO.

Declarada Venerable a finales del siglo XIX, su proceso de beatificación se reanudó en 1972. En el 2001se declaró la heroicidad de sus virtudes.

ALMA VICTIMA

Se le llama "alma víctima" a quien se ofrece a sufrir en reparación por los pecados de otros, y de si misma, cargan sobre si los sufrimientos de otros, y la consecuencia del pecado en el mundo. Se ofrecen en reparación, en expiación a Nuestro Señor por tantas ofensas, sacrilegios, desprecios, y por la conversión de los pecadores.

Beata Ana catalina Emmerick: ruega por nosotros.

Pensamientos de santa Clara de Montefalco


“En el amor de Dios se crece con la ciencia y con la vida”.

“La vida del alma es el amor de Dios. “ …es tanta la amistad de Dios con el alma y el alma con Dios que lo que quiere Dios lo quiere el alma”

“Quién enseña al alma, sino Dios? No hay mejor instrucción para el mundo que la que viene de Dios”



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“Yo veo que todo es bueno y que cada cosa refleja la Santidad de Dios, solo una cosa es mala, el pecado”

“El trabajo fisico dispone la mente y la fortifica para la virtud”


“Aunque si nos ocupamos de muchas tareas, es posible mantenernos en santidad y unidos a Dios”




Letanías para pedir la intercesión de Santa Clara.


Clara de la Cruz: ruega por nosotros.
Clara de Montefalco: ruega por nosotros.
Clara, monja agustina: ruega por nosotros.

Clara, mística de la pasión: ruega por nosotros.
Clara, teóloga del amor: ruega por nosotros.
Clara, poderosa en la oración: ruega por nosotros.

Clara, ferviente en el amor a la Eucaristía: ruega por nosotros.
Clara, hija fiel de la Iglesia Católica: ruega por nosotros.
Clara, digna hija de María Santísima: ruega por nosotros.

Clara, maestra de la vida interior: ruega por nosotros.
Clara, iluminada por el Espíritu Santo: ruega por nosotros.
Clara, sabia y valiente consejera: ruega por nosotros.

Clara, defensora de la verdad: ruega por nosotros.
Clara, promotora de la paz y de la justicia: ruega por nosotros.
Clara, generosa con los pobres y necesitados: ruega por nosotros.

Santa Clara, hermana nuestra: ruega por nosotros

San Agustín nos señala un programa de vida

San Agustín nos señala un programa de vida




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DIOS
Todo ha comenzado con ÉL. Es la historia de un Amor que ha creado cielo y tierra, que ha creado nuestro corazón y que habitando en nuestro interior nos pide amarlo. El Amor es Dios.

“Dios os ha dado todas las cosas. Amad a Aquel que las ha creado”.
(Comentario al Evangelio de S. Juan 2,11)

“He buscado algo para amar, pues estaba enamorado del amor. Había hambre dentro de mí por la falta de alimento interior que no es otra cosa sino Tú, mi Dios”.
(Confesiones 3,1)

“Solo te amo a Ti, Señor. Solo te busco a Ti. Solo quiero ser poseído por Ti.”
(Soliloquios 1,1)

“ ¡Oh eterna Verdad, Amor verdadero, eternidad deseada!. ¡ Tu eres mi Dios; por Ti suspiro día y noche!
(Confesiones 7,10)

“Nos has creado para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Ti”.
(Confesiones 1,1)

“Señor, ¿Qué es lo que amo cuando te amo? … Amo una cierta luz y cierta voz; amo cierto perfume y cierto manjar; amo cierto abrazo y cierto beso. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios, que es luz, voz, fragancia, comida, abrazo y beso. En Él mi alma ve lo que le espacio no puede abarcar.
En Él escucha lo que el tiempo no borra. En Él huele lo que el viento no esparce. En Él gusta lo que el apetito no consume. En Él abraza lo que la saciedad no calma. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios.
(Confesiones 10, 8)




LA VIDA INTERIOR
¿Dónde podemos encontrar a Dios? Ya lo hemos dicho: su casa es nuestro corazón; en nuestra interior habita el Amor. Está escrito: "Mira que estoy llamando a la puerta. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo" (Ap. 3,20). Regresamos a habitar nuestra casa interior, encontrando el Amor y la Verdad.

“Penetra en tu corazón y examina lo que quizás percibas allí de Dios, porque allí se encuentra la imagen de Dios; en la interioridad del hombre habita Cristo, en tu interioridad eres renovado según la imagen de Dios: en su imagen reconoce a tu creador”.
(Comentario al Evangelio de San Juan 18,10)

Dios vive en nosotros, “ más íntimo de cuanto hay en nosotros de más íntimo…”.
(Confesiones 3,6)

“Tarde te amé , hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé !. Tú estabas dentro de mí y yo estaba fuera, y por fuera te buscaba … Tú estabas conmigo pero yo no estaba contigo”.
(Confesiones 10,27,38)

“… debía entrar en mi mismo; y pude conseguirlo porque Tú, mi auxiliador, me ayudaste. Entré y con la mirada del alma y por encima de mi alma y de mi inteligencia, ví la luz inmutable del Señor. Quien conoce esta luz conoce la Verdad, y con la Verdad la eternidad: ¿el amor la conoce!”.
(Confesiones 7,10)

“No salgas de ti mismo sino regresa a ti mismo. La verdad está en tu mas íntimo yo. Y si ves que tu naturaleza cambia continuamente, vete más allá de ti mismo. Vete hacia aquella fuente donde la luz de la razón misma recibe la propia luz.”
( La Verdadera Religión 29,72)



LA ORACIÓN
Es nuestra íntima unión con Dios para la cual no son necesarias muchas palabras, pero un constante deseo del corazón de estar con Él, de obtener de Él lo que Él ha dispuesto como nuestro mayor bien.

“Sea delante de Dios Padre tu deseo y el Padre que ve en lo secreto lo escuchará. Tu deseo es tu oración. Si el deseo es continuo tu oración es continua. .. Cualquier cosa que tú hagas, si en tu corazón existe siempre el deseo de Dios, tú no cesas jamás de rezar”.
(Comentario al salmo 37)

“La oración pura que sale de un corazón fiel será como incienso que sube desde un altar consagrado”.
(Enarraciones sobre el salmo 140,6)

“Señor has que te busque orando y que te ore buscándote”.
(Confesiones1, 1)

“Cuando oramos a Dios - bien en voz alta bien en silencio- nuestro grito debe venir del corazón”.
(Enarraciones sobre el salmo 118,1)

“No nos cansemos de orar, porque orar es sembrar… A su tiempo cosecharemos”.
(Comentario al Evangelio de San Juan 73,4)

“¡Padre Nuestro! Este es un grito del corazón, no de lo labios: resuena dentro de nosotros, resuena en el oído de Dios...¡Grite el corazón: Padre Nuestro!”.
(Sermón 156,15-16).

“Nosotros oramos, ahora, a Él, por Él y en Él. Nosotros hablamos con Él y Él habla con nosotros”.
(Enarraciones sobre el salmo 85,1)



LA PALABRA DE DIOS
Las Sagradas Escrituras son la fuente que nos permite conocer a Dios. Nuestra escuela para toda la vida, puesto que cuando creemos de haber terminado de conocerlo, solo entonces estamos comenzando.

“La profundidad de las Sagradas Escrituras es ilimitada. Aunque buscase estudiarlas a ellas y nada más desde la infancia hasta la vejez, con extrema tranquilidad, con el más incansable celo y con talento más grande que el que poseo, tendría todavía mucho camino que hacer para descubrir sus tesoros”.
(Cartas 137,3)

”Soy plenamente conciente y no tengo la menor duda de que te amo, Señor. Has herido mi corazón con tu palabra y te he amado”.
(Confesiones 10,6.8)


“Instrúyeme, Señor y ordéname lo que quieras. Pero antes de nada, cúrame y ábreme los oídos de tal forma que pueda escuchar tus palabras”.
(Soliloquios 26,4)


“Escucha la palabra de Dios y escóndela en tu corazón. Recoge mucho alimento durante los días alegres de tus veranos espirituales. Serás capaz de soportar los días difíciles de la tentación durante los inviernos de tu alma”.
(Sermones 38,6)

“Cuando entiendes algo de las Escrituras, es el amor que se manifiesta; cuando no logras entender, es el amor que se esconde. Los que poseen la caridad, pues, tienen lo que se manifiesta en las palabras divinas y lo que se esconde en ellas”.
(Sermones 350,2)



LA EUCARISTÍA
"Cualquier hombre que lleve un obrero a su viña podrá darle pan, pero no a sí mismo. Cristo se da a sí mismo a sus obreros; se da a sí mismo en el pan y se reserva a sí mismo como salario. No hay motivo para decir: ‘si le comemos ahora, ¿qué tendremos al final?’. Nosotros lo comemos, pero él no se acaba; alimenta a los hambrientos, pero él no disminuye. Alimenta ahora a quienes trabajan y les queda íntegro el salario. ¿Qué vamos a recibir mejor que él mismo? Si tuviese algo mejor que él mismo, lo daría, pero no hay nada mejor que Dios, y Cristo es Dios". San Agustín.

“Come la Vida. Bebe la Vida. Entonces tendrás la vida y esta estará completa. El Cuerpo y la Sangre de Cristo serán la vida para toda persona con esta condición: lo que se come visiblemente en el sacramento, debe ser comido espiritualmente en la verdad misma”.
(Sermones 131,1)

“¡Oh sacramento del Amor, signo de nuestra unidad y ligamento de nuestra fraternidad, todos los que desean la vida tienen aquí la fuente!. Permite que vengan acá y crean; únenos a Ti y haznos vivir”.
(Comentario al Evangelio de San Juan 26,13)

“Ahora cuando recibís la comunión, recibís el misterio de vuestra comunión en el amor”.
(Sermones, 272)

“La Eucaristía es pan de cada día. La fuerza que en él se simboliza es la unidad. Para que agregados a su cuerpo, hechos miembros suyos, seamos lo que recibimos”.
(Sermón 57,7)


EL ESTUDIO
Guiados por el Espíritu Santo que ilumina nuestras mentes, constantemente nos dedicamos al estudio de la Palabra de Dios, que nos revela los secretos del corazón del hombre y del Amor de Dios.


“Señor delante de Ti está mi conocimiento y mi ignorancia. Donde me has abierto, déjame entrar. Donde me has cerrado, abre cuando toque”.
(Sobre La Trinidad 15,51)

“Hay un maestro interior que nos enseña. Cristo es nuestro maestro y su inspiración nos enseña. Donde su inspiración y su unción escasean, en vano las palabras resuenan en nuestras orejas. Es dios quien hace crecer; su unción nos enseña todo”.
(Comentario al Evangelio de San Juan 3,13).


“Estudiar las Escrituras no es como correr en la llanura, sino es resoplar y respirar con afán como cuando se sube una escarpada montaña”.
(Cartas 82,1)

“Ya que con la verdad se conoce y se posee el sumo Bien, y la verdad es la sabiduría, contemplémoslo y poseámoslo en esa, y gocémosla”.
(Libre Albedrío 2,13,16)

“Como cristianos, nuestro fin es avanzar día a día hacia Dios. Nuestro peregrinar sobre la tierra es una escuela en la que Dios es el único maestro y busca buenos estudiantes, no perezosos.
En esta escuela cada día aprendemos algo. Aprendemos algo de los mandamientos, algo de los ejemplos y algo de los sacramentos. Estas cosas son remedios para nuestras heridas y materia para nuestros estudios”.
(Sermones 16a,1)




LA IGLESIA
En este continuo investigar, rezar, no estamos solos, somos parte de un único cuerpo, la Iglesia, esposa de Cristo y madre nuestra.

“María ha dado al mundo tu cabeza y la Iglesia te ha dado a luz. También la Iglesia es madre y virgen: madre porque está hecha de amor, virgen por la integridad de su fe.”
(Sermón 192, 2)

“Esta madre santa y espiritual les prepara cada día los alimentos espirituales mediante los cuales robustece no sus cuerpos sino sus almas. Les otorga el pan del cielo y les da de beber el cáliz de la salvación; no quiere que ninguno de sus hijos sufra hambre de esos alimentos”.
(Sermón 255a)


“Lo que el alma es para el cuerpo, lo es el Espíritu Santo para el cuerpo de Cristo, la Iglesia.
El Espíritu Santo es activo en toda la Iglesia, del mismo modo que el alma en todas las situaciones de cada miembro del cuerpo”.
(Sermones 267,4)

“Oh! Cuerpo de Cristo, Iglesia Santa, has que todos tus huesos digan: ¿Quién como Tú, Señor?”
(Enarraciones sobre el salmo 34, 14)


“Amamos a la Iglesia cuando permanecemos en la condición de miembros suyos y amamos”.
(Comentario al Evangelio de San Juan 32,8)

“Nosotros somos la Santa Iglesia. Entiendo nosotros que somos cristianos … todos los del mundo entero. Esta es la Iglesia Católica, nuestra madre verdadera, la esposa de tan gran esposo”.
(Sermones 213,7)




EL TESTIMONIO
Todo aquello que creemos y experimentamos con el corazón, en el corazón no se puede quedar escondido, pero debe resplandecer ante los hombres a través de nuestras buenas obras,… no para ser alabados, sino para que los hombres rindan gloria al Padre nuestro que está en los cielos. (cf. Mt 5, 14-16).

“Alabamos al Señor con la voz, con la mente, con las buenas obras”.
(Comentario al salmo 149, 1)

“Caminemos por medio de la fe, hagamos buenas obras. En estas actuemos de tal modo que sean un amor libre para Dios y un amor activo para el prójimo”.
(Sermones 41,9)

“Demos de comer en esta tierra a Cristo hambriento. Démosle de beber cuando tenga sed. Vistámosle si está desnudo. Acojámosle si es peregrino. Visitámosle si está enfermo. Son necesidades del viaje en el que Cristo está necesitado”.
(Sermón 236,3)

“Ama a tu prójimo y mira dentro de ti la fuente de este amor. Ahí verás a Dios…”
(Comentario al Evangelio de San Juan 17,8)

“El hielo de la caridad es el silencio del corazón; el ardor de la caridad es el grito del corazón”.
(Comentario al salmo 37)

“Pide con humildad a Dios el don del amor recíproco. Ama a todos, incluso a tus enemigos … para que siendo amados puedan llegar a ser tus hermanos y hermanas”.
(Comentario a la carta 1 de San Juan 10,7)


LA AMISTAD
Es la miel de la vida. Pero no existe verdadera amistad sin amor. Aprendamos la amistad de nuestro mejor Amigo, Cristo.

“Ella toma su nombre solo del amor; es fiel solo en Cristo y en él solamente puede ser eterna y feliz”.
(Contra 2 cartas pelagianas 1,1)

“No hay verdadera amistad si Tú no haces de aglutinante entre aquellos que están unidos a Ti por medio del vínculo del amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
(Confesiones 4,4,7)

Feliz el que ama al amigo en Ti, al enemigo por ti. El único que no pierde a sus seres queridos es el que los ama en Aquel que nunca se pierde”.
(Confesiones 4,9)

“Cuando estoy particularmente cansado por los malos acontecimientos del mundo, me lanzo, sin reserva, en el amor de aquellos que está cerca de mí.
Sé que puedo confiar mis pensamientos y mis consideraciones a aquellos que están en poder de las llamas del amor de Cristo y han sido fieles amigos para mí”.
(Cartas 73,3)




MARIA

“La Virgen María de su fértil seno y puro cuerpo a Aquel que se hizo visible para nosotros, e incluso ella fue creada por el creador invisible. Virgen en la concepción, virgen en el embarazo, virgen mientras llevaba en el seno a su hijo, virgen para siempre.”
(Sermones 186,1)

“Ciertamente, cumplió Santa María, con toda perfección, la voluntad del Padre, y por esto, es más importante su condición de discípula de Cristo que la de madre de Cristo. Por eso, María fue bienaventurada, porque antes de dar a luz a su maestro lo llevó en su vientre”.
(Sermón 25,7-8)


“La Virgen María fue más dichosa recibiendo la fe de Cristo que recibiendo la carne de Cristo … fue más feliz por llevar a Cristo en su corazón que en su carne.”
(Sobre la Santa virginidad 3,3)


“La Virgen le formó en su seno; formémosle nosotros en nuestro corazón. La Virgen estuvo grávida por la Encarnación de Cristo; que nuestras almas estén grávidas por la fe en Cristo. La Virgen dio a luz la salvación y la alabanza. No seamos estériles. Seamos fértiles para el Señor”.
(Sermón 189,3, 3)

Santa Rita de Casia.



Santa Rita de Casia
La mística de la espina
P Raúl Díaz Corbo

Introducción

Querido lector tienes en tus manos el fruto de muchos años de trabajo donde mediante una investigación cuidadosa he ido elaborando esta novena a Santa Rita de Casia o.s.a, con una serie de poesías propias a modo de oración.

Para acercarnos a Santa Rita es necesario tener en cuenta antes que nada su contexto histórico, geográfico y espiritual.

Su vida transcurre en un espacio de tiempo que no es el nuestro. Para entenderla mejor y conocerla más profundamente es importante viajar con la imaginación y acercarnos a su cuna para recorrer lentamente el desarrollo de su rica existencia.

Verdaderamente Rita de Casia es una Santa muy amada. Muchas veces me he preguntado: ¿Por qué emociona tanto la fiesta del 22 de mayo? Y es que Rita toca nuestros sentimientos profundos.
Como buena monja agustina, Rita supo bucear en la profundidad de su propio corazón y ahora desde la Ciudad de Dios nos enseña a nosotros a hacer lo mismo: a vivir la vida en profundidad amando intensamente a Dios y yendo juntos hacia Él.


La fiesta de Santa Rita nos pone siempre en relación directa con la Santísima Trinidad. Al Padre le damos gracias porque nos la regaló; al Hijo porque místicamente la desposó, dándole una espina de su corona; al Espíritu Santo porque la santificó en los diversos estados de vida.

A Rita le damos gracias porque su vida es un ejemplo que nos acerca a Dios Uno y Trino.

Rita niña, joven, esposa, madre, viuda, monja y anciana, nos enseña que la santidad no es cuestión ni de edades ni de estados de vida en particular. En Rita se hace palpable la llamada universal a la santidad, porque ella es, -según palabras de Juan Pablo II: “un testimonio significativo de la obra que el Señor realiza en la historia cuando encuentra corazones humildes y disponibles al amor”.


Es por eso que la fiesta de Santa Rita trasmite tanta esperanza y tanto gozo interior. Su fiesta es también nuestra, es fiesta de aquellos que la queremos, la recordamos, la invocamos y por supuesto le agradecemos. Es fiesta de aquellos que motivados por el clamor de una multitud la proclaman: “Abogada de los imposibles”.


La espiritualidad de nuestra Santa

Muchos devotos de Santa Rita al hablar de los últimos cuarenta años de su vida simplemente dicen: “vivió como monja en un monasterio de Casia”. Ignoran cual fue su espiritualidad.

Veamos entonces de que monasterio se trataba, cual era su regla, su espiritualidad.


Sabemos que no se puede “entender” a Rita fuera de su contexto espiritual, desvinculándola de su familia religiosa.

En el año 1407, Rita, ingresó en el monasterio agustiniano de Santa María Magdalena, hoy conocido con el nombre: Santa Rita de Casia.

Al formar parte de la comunidad de las monjas agustinas de Casia nuestra Santa observó la Regla de San Agustín.
Rita, laica agustiniana

La Santa de Casia es muy conocida en el mundo entero y muy amada, pero cuando se habla de Rita no siempre se la nombra como perteneciente a la Orden de San Agustín, en otras palabras una santa agustiniana

Antes de su ingreso al monasterio podríamos afirmar, sin temor a exageraciones, que la espiritualidad de Rita fue siempre agustiniana.

Según mi interpretación y basándome en los documentos ritianos más antiguos, en este período de su vida se puede hablar de Rita de Rocaporena como laica agustiniana.

Como ya sabemos Rita tenía gran devoción por tres santos: uno de ellos un santo bíblico, San Juan Bautista, San Agustín el propio padre espiritual de la Orden y San Nicolás de Tolentino ( el primer agustino canonizado).

Sin duda, el encuentro de Rita con las monjas agustinas hizo madurar en ella esta amistad espiritual con Agustín y Nicolás.

Desde su infancia, Rita permaneció muy unida espiritualmente a aquella comunidad religiosa que la alentaba en el seguimiento de Cristo, tras las huellas de Agustín.




Seguidores de Cristo
en la escuela de Agustín

San Agustín de Hipona con su rica experiencia espiritual nos ha dejado por medio de sus escritos una escuela de espiritualidad..

La espiritualidad agustiniana, al igual que otras escuelas de espiritualidad, como por ejemplo: la benedictina, franciscana, carmelitana, dominicana, etc, subraya de modo especial algunos aspectos de la Espiritualidad Cristiana. Es por eso que bien podemos hablar de diversos acentos espirituales dentro de una misma y única espiritualidad, la del seguimiento de Cristo.

Tanto Agustín como Benito, Francisco, Teresa, Domingo y muchos otros grandes maestros de espiritualidad han sido instrumentos dóciles al Espíritu Santo y nos han legado según sus experiencias pautas concretas para seguir a Jesús.
Cada uno de nosotros deberá recorrer su propio camino espiritual. Seguramente conscientes o no, estamos influenciados por alguno o algunos de éstos gigantes de la espiritualidad cristiana. Escuchar y aprender de aquellos que nos precedieron en el seguimiento de Cristo, no es solamente un acto de humildad de nuestra parte, sino también un gesto de sabiduría y de prudencia. Porque si bien el camino que lleva al Padre es uno solo y se llama Jesús no está de más transitarlo siguiendo las huellas de quienes ya lo recorrieron y ahora gozan de Dios en la eternidad donde nos esperan.

No podemos olvidar que a lo largo de la historia de la Iglesia estos grandes seguidores de Cristo, han arrastrado y siguen arrastrando a multitudes de almas tras de sí; como padres y madres en el espíritu no han dejado de guiar a sus hijos hacia la Casa del Único Padre de todos; no han cesado de señalar el camino verdadero y único que es Cristo, ni se han guardado su vivencia espiritual que tanto nos ayuda en la nuestra propia.

A sus escuelas nos acercamos para que estos maestros nos hablen del Maestro, para que nos enseñen y nos recuerden que con la gracia de Dios es posible vivir el evangelio

Nuestra querida hermana Rita siguió a Jesús en la escuela de Agustín.
Santa Rita nos impulsa a vivir la espiritualidad agustiniana, una espiritualidad que acentúa la interioridad.
Vivir la interioridad significa vivir la vida en profundidad e ir juntos a Dios.
“Si hubiese que definir las grandes bases de la espiritualidad agustiniana - dice Vittorino Grosi- habría que pensar en un cristocentrismo radical como experiencia fundante de salvación, la eclesialidad como experiencia de fe comunitaria, la libertad y el amor como ámbitos donde el hombre se hace persona y cristiano”.


oración
Te invocamos Rita de Casia. hermana y amiga nuestra. Ven a regalarnos tu grata compañía, ven a rezar con nosotros y por nosotros.

Ayúdanos con tu intercesión y tu ejemplo a contemplar a Cristo Crucificado y a experimentar la fuerza del Resucitado. Qué podamos tener tu mirada profunda y sensible que nos haga capaces de descubrir el rostro de Cristo en nuestros hermanos.

Ejercicio. Contemplar un crucifijo mientras se reza:

La Corona de Jesús

Bendito y alabado sea Jesús Crucificado (se dice una vez)

Jesús te amo, Jesús te alabo, Jesús te adoro,
te pido perdón y te doy gracias.
(se repite diez veces igual que las Avemarías en el Rosario)

Gloria a Jesús: Hijo de Dios Padre
Gloria a Jesús: Verdadero Dios y verdadero Hombre
Gloria a Jesús: Esposo de la Iglesia.


Oración a Santa Rita de Casia, la Santa de todos nuestros días

Acudo a ti Rita, con la certeza de encontrarte siempre a mi lado, mi Santa de todos los días.
Amiga fiel en las horas difíciles que me ayudas a cargar la cruz y te quedas conmigo, cual Cirenea que no fue obligada.
Hermana mayor que me abrazas en las alegrías desbordantes y las acrecientas aún más con tu presencia siempre grata y cercana.
Santa mía, y de tantos… que nunca deje de quererte ni invocarte. Que por tus ruegos, Dios me conceda como hasta ahora, la capacidad de reconocer siempre Su Providencia y tu intercesión.
Rita de todos mis días, le doy gracias a Señor y te doy gracias porque siempre puedo contar contigo en cada momento de mi vida.

Pedir la gracia….
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

La Vida de Santa Rita para meditar a modo de novena.

Primer día


De camino a Rocaporena

En el corazón verde de Italia, la Umbría nos encontramos un pequeña aldea llamada Rocaporena que dista cinco kilómetros de Casia.
El camino a Rocaporena tiene una simple y particular belleza natural que el viajero no se cansa de admirar. El continuo serpentear entre los valles y los montes rocosos. El murmullo a veces suave del río Corno que en algunos lugares de su curso moja casi tímidamente las piedras cautiva la mirada del que pasa.

Cuentan los habitantes de Rocaporena que en la antigüedad una mujer llamada Porrina profetizó: “ De estas piedras graníticas saldrá a la luz una piedra preciosa que será grande… Multitudes vendrán a glorificar a Dios eterno. Y este angosto y pobre valle tendrá nombre sagrado en el mundo”.
Con el paso del tiempo los rocanos vieron el cumplimiento de esa profecía al darse cuenta que la pobre e insignificante Rocaporena se había hecho famosa en el mundo. Ciertamente aquel “angosto y pobre valle” se convirtió en lugar sagrado. Aún hoy se pueden ver las multitudes de peregrinos que acuden de distintas partes del mundo para glorificar a Dios y para darle gracias por el regalo que nos ha hecho al darnos a Santa Rita, piedra preciosa de Rocaporena y perla de la Umbría.


Segundo día


Rita, regalo del cielo

A mediados del siglo XIV vivían en Rocaporena Antonio Lotti y Amada Ferri dos buenos esposos que se amaban con entrañable afecto y llevaban una vida ejemplar.

En el Proceso de Canonización de Santa Rita leemos que los padres de ésta eran “muy dados a la oración y sumamente compasivos de las necesidades de sus prójimos, a quienes socorrían si eran pobres, visitaban si eran enfermos, o convencían de sus yerros e ignorancias, lo cual les granjeó el crédito y la estima que llegaron a conseguir…mereciendo por sus buenos oficios el glorioso dictado de pacificadores…”

Eran miembros de una institución que cumplía una importante misión social. Los llamaban “Pacificadores de Jesucristo”, ya que su fin principal era el sosegar los odios y las discordias y devolver el amor y la paz a las familias. Considerando tan abnegada tarea sólo podían pertenecer a los Pacificadores de Jesucristo, personas verdaderamente cristianas, de fe profunda y de gran autoridad moral para armonizar a los querellantes.

Los años de la vida matrimonial de Antonio y Amada transcurrían y el sueño de tener descendencia parecía que no llegaría nunca a realizarse. Sin embargo no dejaron de confiar que para Dios todo es posible. Estos fueron los padres de la Abogada de los imposibles y Santa de la paz y del perdón heroico.

La “margarita” de Rocaporena

En el año 1373 nace Rita y a los pocos días de nacida sus padres la llevan a Casia para bautizarla. Esta peregrinación de Rocaporena a Casia tuvo su sentido porque la actual y cercana parroquia de San Montano, en aquellos años, no tenía pila bautismal por ser capilla.
Al llegar a Casia subieron a la colina de San Agustín y al entrar en la iglesia se celebró allí el bautismo.

La bautizaron con el nombre Margarita. Como expresión de cariño, Antonio y Amada abreviaron su nombre llamándola Rita.

Margarita es un antiguo nombre latino que en su correspondiente griego significa: “perla” y que el mismo indica también una “flor del parado” símbolo de la sencillez.

En la antigua lengua tibetana su nombre “mauyari” quiere decir tres cosas: “campana” “vida que florece” y “perla preciosa”.

“Margarita” en el significado tibetano de perla, perla preciosa, alude a una persona excepcional. Se le puede decir así a una mujer que se distingue por su belleza, sensibilidad, educación, afabilidad, inteligencia y honestidad de costumbres: una verdadera perla.

“Margarita” en el significado de campana es una imagen también muy hermosa. La campana evoca la casa, la familia, la madre, los afectos, y el llamado de Dios a la oración.

Es curioso darnos cuentas de las coincidencias de la etimología de su nombre con su vida misma sin olvidarnos por supuesto que al momento de su muerte sonaron a fiesta las campanas y el pueblo la llamó: “Perla preciosa de Umbría”.




Tercer día

Abejas de ayer y de hoy

Narra la leyenda que, inmediatamente después de ser bautizada, abejas blancas entraban y salían de la boca de Rita sin hacerle daño. No se duda de que este episodio de las abejas pertenece a la primera tradición ritiana, pero no hay necesidad de recurrir al hecho como un fenómeno sobrenatural.
De todas maneras no podemos olvidar el gran interés que manifestó el papa Urbano VIII quien además de llevarlas en su escudo pontifical, se preocupó en persona de estudiar el comportamiento de esta especie de abejas que, al parecer, son únicas en el mundo. Aún hoy, en el antiguo monasterio donde Rita vivió y murió como monja agustina, podemos encontrar a las abejas “murarias”, llamadas así porque habitan en los muros. Aunque la devoción popular ha preferido llamarlas “abejas de Santa Rita” por haberlas relacionado con aquellas misteriosas abejas que rodearon su cuna pocos días después de su bautismo.

Pero en Casia las “abejas de santa Rita” no sólo viven en los muros del monasterio, sino que también junto a éste. Así lo ha querido la Beata Teresa de Casia (Madre Teresa Fasce) que en 1938 fundó la “colmena de Santa Rita”, una obra donde niños cadenciados reciben ayuda para crecer fuertes, y emprender luego el vuelo de la vida.



Cuarto día
Una pequeña que crece


El camino espiritual de Rita no comenzó con la vida monástica sino que se inició el día de su bautismo y dando los primeros pasos en la fe junto a sus padres.
Antonio y Amada fueron quienes asumieron con responsabilidad la misión de ayudar a levantar los sólidos cimientos de la profunda vida cristiana de la mística de Casia.
Junto a sus padres, Rita vivió sus primeras experiencias de encuentro con Dios, ya sea en las celebraciones de la capilla de San Montano, como también en los momentos fuertes de oración familiar.

Rita fue creciendo en un hogar donde se respiraba paz. Pero en su entorno, tanto en Rocaporena como en Casia el ambiente social y político no era precisamente pacífico. Por esta razón Antonio y Amada se habían comprometido en la misión de sembrar la paz y por ello fueron llamados: «pacificadores de Cristo». De sus padres Rita aprendió la tarea de pacificar.
Al llegar a la edad de la juventud experimentó el llamado de Dios a la vida monástica y expresó su deseo de ingresar en la Orden de San Agustín. Pero sus padres, hijos de su tiempo, al igual que nosotros, y considerando que lo mejor para su hija era contraer matrimonio, eligieron para ella un candidato, siguiendo las costumbres de la época.

Creyendo Rita que esta era la voluntad de Dios, aceptó de buen grado al candidato, sin saber que más tarde, llegaría a ser esposa de Cristo en el monasterio agustiniano de Santa María Magdalena.

Un matrimonio que llegó a ser feliz

Rita contrajo matrimonio con Pablo Mancini, propietario de un molino casi en el límite entre Rocaporena y Casia.
Un sacerdote agustiniano, contemporáneo de nuestra santa, declaró que Rita fue dada en matrimonio a un joven bien dispuesto pero resentido, del mismo lugar de Rocaporena. Sin embargo otro testigo afirmó que Pablo Mancini era “un hombre honorable y de buena familia, pero muy diferente a Rita… en cuanto a las cualidades, genio y costumbres”, “hombre de trato difícil pero con gran reserva de generosidad”.
Rita, amó a Pablo tal como era, intuyendo que en aquel hombre de carácter difícil, había un corazón generoso capaz de mucho amor. Siguiendo el ejemplo de Santa Mónica, Rita esperó pacientemente el momento de la conversión de su esposo, mientras lo ayudaba con sus oraciones y con su testimonio de vida cristiana.

Poco a poco y con la ayuda de Dios, el matrimonio Mancini- Lotti fue superando sus primeras crisis. Y una vez fortalecido el vínculo la relación se tornó más sana y respetuosa. Finalmente Rita logró un matrimonio feliz. De aquel amor vio nacer a sus dos hijos: Juan Santiago y Pablo María.

Como madre cristiana, Rita educó a sus hijos en la fe. Junto a ellos y a su marido disfrutó de muchos momentos de alegría. Es fácil imaginarla feliz en las celebraciones de los sacramentos que recibieron Juan Santiago y Pablo María. Felicidad que también sería grande cada domingo cuando concurrían juntos como familia, a la celebración de la Misa en la iglesia de San Montano.



Quinto día
La mujer fuerte puso en Dios su esperanza ...
Primeramente llegó la muerte de sus ancianos padres, la cual, no por esperada, fue menos dolorosa. Cuando su corazón estaba preparado para otras pérdidas le trajeron la amarga noticia de que su esposo había sido asesinado, se sospecha que a causa de viejas rencillas.
El pueblo de Rocaporena había quedado consternado por tan alevosos crimen y se movilizó para acompañar en su pesar a la viuda de Mancini.
En presencia de todos los asistentes, Rita perdonó públicamente a los asesinos de su marido. Ella no sabía de rencores ni de odios. No había lugar en su corazón para sentimientos ruines de venganza. Después de darle sepultura Rita retornó con sus dos hijos a casa; seguramente lloró, pero abrazándose a la vida y a la esperanza. Dios sostenía a Rita y ella confiaba en Dios.
Prefirió perderlos en la paz de Dios a retenerlos en el dolor de la venganza

El asesinato de su marido trajo como consecuencia que sus hijos, ya adolescentes, se sintieran proclives a la venganza. La familia de Pablo influía negativamente en los corazones de aquellos jóvenes. Rita, por su parte, había escondido la camisa ensangrentada de su esposo para evitar que sus hijos se sintieran motivados a la venganza. Señalándoles el crucifijo los invitaba a perdonar como Jesús.
Preocupada por la insistencia de ellos en vengar la muerte de su padre, rezó diciendo al Señor que prefería que se los llevase antes que se convirtieran en homicidas.
Esta oración que se encuentra en el proceso de canonización expresa lo máximo de su heroísmo, porque aún siendo una madre tan afectuosa, el temor de la ofensa a Dios y el peligro de perderlos para siempre pudo más que todo otro humano sentimiento.
Patrona de los pobres y de los enfermos
Entre los más variados títulos con los cuales se venera a la Santa de Casia, está este de “Patrona de los pobres y de los enfermos”.
Una vez viuda y sin hijos, Rita no se encerró en su casa para auto-compadecerse, sino que se enfrentó el sufrimiento sin evasiones ni estancamientos. En la aceptación y ofrenda de su dolor encontró la vía del amor y de la sanación interior, recuperando la alegría de servir a Jesús en el prójimo.
Rita viuda descubrió que esta nueva etapa de su vida le ofrecía un modo diverso de realización y de felicidad. Siguiendo el ejemplo de San Nicolás de Tolentino, Rita oraba por sus difuntos con inmensa ternura, pero sin el dolor de quien piensa que los ha perdido para siempre; sino con la esperanza de reencontrarlos “ en Aquel en quien nada se pierde” (San Agustín).
La Santa de Rocaporena, cual mujer fuerte “guardó memoria a sus muertos y gastó en los vivos su tiempo” (Himno de Santas Mujeres).
Acudía al “Lazareto” para visitar a los enfermos que allí encontraban refugio y atención. Socorría a los pobres con quienes compartía sus bienes y consolaba a los tristes invitándolos a la esperanza. Aún hoy, en el Santuario de Rocaporena, se puede ver a modo de reliquia, un manto que le pertenecía y al cual renunció para dárselo a un necesitado.

a San Nicolás

Gran fraile agustino
San Nicolás,
del Cielo nos llegue
la gracia y la paz

La Santa de Casia
que tanto te amó
sus seres queridos
a ti encomendó.

Pedid por nosotros
San Nicolás,
por nuestros difuntos
que encuentren la paz.



Sexto día
Un escollo, una esperanza.
Rodeado por el caserío y las montañas, casi al centro del valle, nos encontramos con “el Escollo”, una elevación rocosa llena de abundante vegetación. Desde lo más alto del escollo se aprecia la belleza del paisaje y se experimenta una seductora invitación a la alabanza del Creador.
En la actualidad los habitantes de Rocaporena se refieren a este lugar con distintos nombres, entre los más usados están: “Escollo de la oración”, “Escollo de Santa Rita”, “Escollo de la Esperanza”. Conviene destacar que todas las maneras de llamarlo hacen referencia directa o indirectamente a la misma persona. Es tradición entre los rocanos decir que Rita subía al escollo para retirarse en oración, alimentando así la esperanza de ingresar en el monasterio de las agustinas de Casia.
Llevaba Rita una vida tan rica en oración y en servicio al prójimo que no tardó en descubrir que en su interior estaba aún latente aquel viejo llamado a la vida religiosa y, dejándose guiar por el Amor, encaminó sus pasos hacia su deseada Casia.
Al llegar al monasterio pidió ser admitida en él, pero se encontró que en aquella comunidad había una parienta de su esposo, una tal Catalina Mancini. No olvidemos que los Mancini sentían un gran desprecio hacia Rita, debido a que ella se opuso a la venganza concediendo el perdón a los asesinos de su marido. Por eso no debemos extrañarnos cuando la abadesa, temiendo poner en peligro la buena convivencia entre las hermanas, le negó a Rita su ingreso al monasterio.

Con esa respuesta no esperada regresó la Santa a las tareas de siempre. Pero sin resignarse ante la negativa acudió al Señor pidiéndole ayuda. Aunque no rezó sola, sino que se dejó acompañar por la intercesión de sus santos más queridos: San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino. Fortalecida con la gracia de Cristo y la oración de tan grandes compañeros, emprendió su camino a Casia una y otra vez.
Un día, después de varios intentos, viendo la abadesa la perseverancia de nuestra Santa, le manifestó que la pacificación de las familias podía ser, sin lugar a dudas, la llave que le abriría las puertas del monasterio. Si bien esta propuesta parecía imposible de concretar dado el endurecimiento de aquellos corazones, sin embargo brilló para Rita una esperanza.
La paz que nace del perdón
Rita había visto muchas veces a sus padres embarcados en la difícil, tarea de sembrar la paz, Ahora le tocaba a ella misma realizar lo que había visto y aprendido de Antonio y Amada. Con la paciencia y la perseverancia de siempre asumió su nuevo desafío, dispuesta a encontrarse con las familias enemistadas para invitarlas al perdón y a la reconciliación. Finalmente, después de muchos esfuerzos y oraciones, logró reunirlas en un abrazo de paz. Los pueblos de Rocaporena y de Casia recordaron siempre aquel abrazo que puso fin a tanto rencor, odio y violencia.
Aquel acontecimiento fue el origen del título con el que más tarde también se invocó a Rita al llamarla “Santa de la paz y del perdón”. Ahora ella tenía el camino libre para entrar en el monasterio.
Una vid prodigiosa
La tradición dice que siendo Rita novicia, la superiora le pidió que regara, por obediencia, un sarmiento seco que se encontraba en el jardín y que cuidara de él.
Ella lo hizo humildemente cada día. Al cabo de un tiempo el sarmiento seco retoñó transformándose en una lozana vid. En la simbología ritiana la vid junto a un pozo alude a la obediencia de la Santa y a su fecundidad espiritual.

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Séptimo día
La espina del amor
Durante la cuaresma del 1425 un predicador franciscano, Giacomo della Marca, acudió a la Colegiata de Santa María de Casia, por haber sido invitado a predicar sobre la pasión del Señor. Debido a su buena fama de orador fueron muchos los que acudieron a escucharlo. Entre los oyentes estaba Rita, quien supo aprovechar bien aquella prédica que guardó en su corazón y meditó siempre. Ella, que tanto contemplaba el crucifijo, se sintió profundamente tocada por la predicación del franciscano.
Años después, cuando llegó el viernes santo de 1432, hallándose Rita de rodillas ante la imagen del crucifijo, exclamó: “Señor, dame una espina, una de aquellas que traspasaron tu sagrada cabeza”. La súplica fue tan sincera que el Señor le concedió a Rita una íntima participación en su pasión.
El epitafio que podemos leer en el segundo sarcófago de la Santa, realizado diez años después de su muerte, reza así:
“Oh bienaventurada por virtud y fortaleza,
en éxtasis arrebatada por la Cruz,
donde sufriste dolores agudos,
tú dejaste las tristezas de este mundo,
para satisfacer tus ansias de vida y de luz.
Participando de esa pasión tan atroz,
¿qué mérito tan grande atribuirte?
Tú fuiste preferida a toda otra mujer
para recibir una espina de Jesús.
Tú no esperabas algún premio terreno,
pues no querías otro tesoro fuera de Cristo,
al que toda te entregaste.
Quince años la espina padeciste,
y no te pareció todavía estar preparada
para entrar en la vida gozosa” 1457

1457 . nota: No se trata de la fecha de la muerte de la santa como creen algunos sino de la fecha del segundo ataúd. .
Este epitafio nos señala el momento cumbre del éxtasis mayor de Rita, la estigmatización en la frente mediante el don de la espina. Estudios médico realizados el día 4 de abril de 1997, hallaron en la zona frontal del cuerpo de Santa Rita una fisura profunda. Pero más que las pruebas interesa destacar el significado propio del signo, para darnos cuenta que el estigma de Rita expresa exteriormente su íntima unión con Jesucristo. Es, como algunos ya han dicho, el desposorio místico de la Santa, su matrimonio espiritual que ha tocado la experiencia misma del éxtasis, o dicho más poéticamente: “Es el beso de Jesús en la frente de Rita”.


DAME JESÚS
Dame Jesús una espina
mi Señor Crucificado,
una de aquella corona
que te dejó ensangrentado.

Dame tan siquiera una,
mi pobre Rey coronado,
y en tu pasión dame parte
¡oh Jesús abandonado!

Dame el fuego de tu alma
y bésame la frente amado,
que yo por tu amor me muero
y por el vivo a tu lado.

Dame vida, vida mía,
que vivir en ti yo quiero
y ahora que tengo espina
dame la rosa que espero.

…………………



DAME UNA ESPINA

¿Qué gloria podré yo darte
si una espina no te pido?
¡Qué en este dolor pedido
no deje nunca de amarte!

Dame Señor, dame parte
en tu pasión Redentora
y cuando llegue mi hora
pido en tu cielo abrazarte.

………….

El siguiente poema está basado en la experiencia espiritual de San Agustín de Hipona.
El santo con su famosa frase: “tarde te amé” expresa su grito de amor a el Amor que es Dios mismo. Con los ojos puestos en una imagen de Jesús Crucificado oremos así:

“TARDE TE AMÉ”
“Tarde te amé”, Señor mío
que me has amado primero
y es que al verte en el madero
siento haberte amado poco.

Tarde se encendió este fuego
en mi corazón tan loco
y al creer que aún te amo poco
mucho más amarte quiero.


Octavo día
Desde la Iglesia amó a la Iglesia
El período monacal de Rita, más aún toda su vida, se desarrolló en un momento muy crítico de la historia de la Iglesia Católica. Período de grandes divisiones, escándalos, decadencia del papado, etc. En ese momento en el cual mucho optaron por separarse de la Iglesia, Rita prefirió manifestar públicamente su total adhesión.
Generalmente, cuando la Iglesia pasa por estas experiencias dolorosas que hacen tambalear la fe de los más débiles, una postura cómoda y poco comprometida puede ser esta: “entonces yo también me voy”.Pero la fe de esta mujer fuerte era firme y madura. Rita amaba la Iglesia real y no “ideal”. La amaba, no porque ingenuamente la creyera perfecta, sino porque estaba convencida de la necesidad de conversión en cada uno de sus miembros. Fue en ese contexto que surgió el peregrinaje a Roma que realizó junto con sus hermanas del monasterio. De esta manera, y habiendo vivido su fe comunitariamente y en plena comunión con la Iglesia, Rita nos da ejemplo de amor y de unidad, porque supo decir con su vida “aquí estoy”.
En su último invierno Jesús le regaló una rosa y dos higos
El prodigio de la rosa y de los higos aparece en diversos testimonios fidedignos recogidos en el proceso de canonización. Transcribimos parte del testimonio de una antigua biografía: “En el más áspero y riguroso invierno, y encontrándose todo cubierto de nieve, una prima de Rita fue a visitarla; al marcharse preguntó a Rita si de su casa necesitaba alguna cosa; Rita le respondió que deseaba una rosa y dos higos del huerto de Rocaporena. La prima sonrió, creyendo que Rita deliraba a causa de la enfermedad y se marchó. Una vez llegada a la casa donde Rita vivió con su esposo y sus dos hijos, entró en el huerto y vio entre la nieve un rosal que cargaba una hermosa rosa y en la higuera, halló dos higos maduros. Perpleja por el cruel invierno, viendo los frutos milagrosos, se los llevó a Rita”.
La rosa y los higos aparecen en la vida de Santa Rita como un signo amoroso de Dios para aquella mujer que había sabido sobrellevar dolores y contradicciones, ofreciendo generosamente su vida al Amor. Ahora florecía en ella la vida nueva de Jesús resucitado, a quien había amado sin medida. Se iba cargada de frutos maduros como higuera bendecida y fecunda. Se iba como rosa que despide el buen aroma de Cristo.
Noveno día
El feliz tránsito de Santa Rita
Había pasado el invierno. La primavera apenas entrada esparcía el aroma de las ahora abundantes rosas. En el monasterio una luz se estaba apagando para brillar luego aún con más intensidad en toda la Iglesia. Rita agoniza serena… El buen Jesús y su Madre le conceden en visión la gracia de sus visitas como un anticipo de cielo. Por fin, Rita sonríe y expira. Entonces las campanas de la ciudad de comenzaron a anunciar, con prodigioso sonido, el inicio de numerosos portentos. Al momento se iluminó la habitación y un perfume inefable se esparció por todo el monasterio. Apenas acaecido el tránsito de Rita, peregrinos de todas partes se acercaron para venerar el cuerpo. Muchos enfermos sanaron al instante con solo tocarlo. Rita de Casia entró en la gloria con verdadera fama de santidad el 22 de mayo de 1447. De inmediato el pueblo la llamó “santa” y la invocó como “abogada de los imposibles” y “Santa de la paz y del perdón”.
Margarita Lotti (Rita de Casia), fue declarada beata el 22 de julio de 1628 por el papa Urbano VIII y canonizada el 24 de mayo de 1900 por el papa León XIII. Hoy en día la devoción a Santa Rita es universal y sus favores espirituales y materiales son innumerables.


Celebración del
Tránsito de Santa Rita


La celebración es ideal para hacer en comunidad o en grupo, de lo contrario, se puede adaptar al uso privado.


21 de mayo.
Víspera de la fiesta.
Canto de entrada.

Saludo.

Palabras de acogida.

Hermanos, nos hemos reunidos para celebrar el feliz tránsito de Rita de Casia, a la gloria del cielo. Evocamos, en ésta hora solemne, el momento en que la humilde existencia de Rita se abrió para siempre a la intimidad con Dios en la gloria del Señor resucitado.

Oremos.
Señor y Padre nuestro, que nos llenas de alegría y esperanza con la solemnidad del tránsito de Santa Rita, infunde en nosotros el deseo de alcanzar la santidad para que, cuantos celebramos la entrada de Rita en el cielo, nos preparemos también a entrar nosotros cuando tu lo dispongas. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo por lo siglos de los siglos. Amén.

Evocación.
En el año del Señor 1447, el 22 de mayo, Dios llamó a Rita a entrar en su gloria. Al morir ella, una luz maravillosa iluminó su celda, y un perfume inefable se expandió por todo el monasterio, las campanas de Casia sonaron a fiesta sin que nadie las tocara y el alma de Rita fue vista con aureola de gloria subir al cielo.

Encender ahora foco de luz de Santa Rita. Guardar un momento de silencio.

Lucernario.
Se encienden las velitas de los fieles.

Toque de campanas
Mientras suenan las campanas se lee la poesía titulada: “El tránsito”. Es una invitación a unirnos espiritualmente al Santuario de Casia.





El tránsito

Lleguemos todos juntos
a Casia, mis hermanos,
que ya comienza el tránsito
tomémonos las manos.

Escuchen las campanas,
por Rita están sonando.
Dios mismo, con portentos,
es quien la está llamando.

¿No ven, hermanos míos,
que Rita se levanta?
Su alma entra en la gloria
con aureola de santa.

Perfumado de cielo
su cuerpo se ilumina,
su llaga es una rosa
que ya no tiene espina.



Lectura Bíblica.
Lectura del Cantar de los Cantares. (2, 10-14)


“¡Levántate, amada mía, preciosa mía, y ven!
Que ya a pasado el invierno,
han cesado las lluvias y se han ido
las flores aparecen en el campo,
a llegado el tiempo de la poda;

ya se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola.
Da su primeros brotes la higuera
y las viñas en flor exhalan su fragancia.
¡Levántate, amada mía, preciosa mía, y ven!
Paloma mía que anidas,
en las grietas de la roca,
en escarpados riscos,
déjame ver tu rostro,
déjame oír tu voz.
¡Es tan dulce tu voz,
es tan hermoso tu rostro!
Palabra de Dios.

Homilía.


Entrega de la rosa.
Un niño le alcanza un rosa roja al párroco y éste la ofrece colocándola junto a la imagen mientras dice:

Recibe, Rita, ésta rosa en recuerdo de aquella que te fue dada en el último invierno de tu vida, signo de que te habías convertido en el buen aroma de Cristo. Acéptala ahora de mis manos como ofrende de ésta comunidad parroquial y de todos los peregrinos que acuden a tu encuentro, para gloria de la Santísima Trinidad. Amén.


Incensación.
Se inciensa la imagen de Santa Rita y la reliquia mientras se canta: “Santa de imposibles.”


Gloriosa Santa Rita de Casia, que manifiestas en tu rostro la bondad de Dios. Extiende tus manos que nos acerquen su ternura. Queremos estar siempre dispuestos a buscar la voluntad del Señor en todas las circunstancias de la vida.

Te saludamos, Rita, por tu fidelidad a las promesas bautismales. Intercede por nosotros para que vivamos con alegría las exigencias del evangelio y la llamada universal a la santidad.

Te saludamos, Rita, por tu testimonio de oración en los diversos estados de tu vida. Ayúdanos a permanecer unidos a Jesús como los sarmientos a la vid, para que nuestra vida espiritual sea fructífera como la tuya.

Te saludamos, Rita, experta en la vida familiar, por el ejemplo que nos has dejado queremos encomendarte a nuestras familias para que siguiendo tus enseñanzas seamos capaces de poner siempre nuestra mirada en Jesús.


Te saludamos, Rita, santa de la espina y de las rosas, por tu amor humilde a Jesús Crucificado, ayúdanos a arrepentirnos de nuestros pecados y valorar profundamente el sacrificio de Cristo por todos nosotros.